Mensajes antijudíos a un conocido periodista
Argentina es uno de los países del mundo con mayor cantidad de judíos, y de hecho es el país hispano con más miembros de la colectividad. En el país, la familia judía sufrió dos veces el azote del terrorismo, con los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA a principios de la década del 90, en los que perdieron la vida más de cien personas. Y aunque esos eventos blindaron de seguridad las entidades judías, la sociedad argentina se ha destacado últimamente por ser modelo para el mundo de disposición al diálogo interreligioso y a la convivencia pacífica entre las religiones.
Sin embargo, algunos episodios recientes llaman la atención. Por estos días, y ante un confuso momento durante una importante entrega de premios a la radio argentina, asomaron a la opinión pública expresiones de odio racial que parecían no ocurrir más en la Argentina. Ocurre que ante una crítica política de un reconocido y galardonado periodista, Alfredo Leuco, otro comunicador respondió agraviándolo por su condición de judío.
Y más allá de discusiones en medios y en redes sociales, muchas impertinencias de las que luego incluso algunos se arrepintieron, surgieron algunos eventos más graves. El periodista de radio Mitre Federico Andahazi, quien reemplazaba a Leuco en su programa Tiene la palabra, recibió y dio a conocer un correo en el que con injuriosas palabras se le amenazaba por su condición de judío. En un pequeño extracto del correo, lleno de agravantes irreproducibles, se le dice: “Pedazo de lacra. No servís ni para jabón de mala calidad”.
“No quiero guardar silencio, porque cuando lo hicimos no nos fue bien. Lo hago público para que sepan que no van a pasar”, aseguró Andahazzi al leer el correo en la radio. El hecho está siendo investigado, confirmó el periodista.
El informe anual sobre antisemitismo de 2016 elaborado por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, DAIA, lamentó “la vigencia que todavía tiene el discurso desplegado por el régimen nazi, su simbología y la violencia que genera su negación, banalización o emulación al ser utilizado para agredir a miembros de la comunidad judía”. En ese informe, se cuantificaron 351 denuncias por hechos antisemitas, menos que las 478 registradas durante 2015. Sin embargo, advierte el informe, se advirtió una mayor violencia en los hechos denunciados.
Contrasta el episodio sufrido por Andahazi y las discusiones en redes con la ya rica tradición argentina en materia de diálogo interreligioso, vivencia que como explicaba a Aleteia el especialista Roberto Bosca “está bajando, por así decir, de los ambientes jerárquicos y especializados a los más amplios del común del pueblo”.
El camino recorrido en Buenos Aires y provincias como Córdoba ha sido tan prolífico que hace algunos años el ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina se propuso formalmente “exportar” el modelo de diálogo interreligioso vivido en la Argentina como senda para la convivencia pacífica.
Entre las riquezas de la convivencia interreligiosa y su contribución a la paz social, hay en Buenos Aires un emblemático Museo del Holocausto, ubicado sobre la calle Montevideo. Un museo que tiene como misión central mantener viva la memoria la de la Shoá y sus consecuencias para toda la humanidad. Lo hace con documentación y actividades nutridas principalmente del testimonio de los cientos de supervivientes del holocausto que la Argentina tuvo el honor de recibir tras la tragedia ocurrida en Europa.
Rabiosos iracundos con agravios injuriosos repletos de falacias hubo siempre, tanto contra quienes profesan la fe judía como contra los católicos. Pero esas acusaciones deben contrastar con la riqueza de la convivencia social propuesta por las religiones que conviven pacíficamente en la Argentina, y el mismo Papa Francisco recordó durante su visita a Tierra Santa en su discurso a los rabinos de Israel: “Como saben, desde que era Arzobispo de Buenos Aires, he podido contar con la amistad de muchos hermanos judíos. Juntos organizamos provechosas iniciativas de encuentro y diálogo, y con ellos viví también momentos significativos de intercambio en el plano espiritual”.