Monitorear la crisis en Venezuela se ha convertido en una misión muy arriesgada. Un día, ciertos eventos parecen seguros; al siguiente son inminentes y al tercero se quedan en suspenso. Así ha ocurrido con el esperado diálogo gobierno-oposición en República Dominicana, cuidadosamente preparado por Canadá y el Grupo de Lima para este lunes.
Supuestamente deseado por el gobierno, aceptado por la mesa de la Unidad Democrática -a pesar de la críticas de los sectores más radicales y bajo la desconfianza de la ciudadanía- el diálogo da muestras de un buque en emergencia. Este domingo, la Unidad Democrática ha hecho saber, a través de un comunicado, que está en suspenso la reunión prevista para este miércoles 15 en República Dominicana, debido a que el Gobierno no ha dado el visto bueno a la presencia en la misma de los cancilleres de los países latinoamericanos que acompañarán el proceso de negociación para la salida de la crisis política, económica e institucional que padece Venezuela.
La agenda tiene contenido concreto en esta nueva ronda de negociaciones con el gobierno nacional: lograr unas condiciones electorales justas para la elección presidencial de 2018 y materializar la urgente apertura de un canal humanitario de alimentos y medicinas para el país. Los cancilleres de México, Chile, Paraguay, Bolivia y Nicaragua serían garantes del cumplimiento de los acuerdos que realicen.
Pero sucede que los representantes del gobierno no han confirmado su asistencia al parecer, debido al acompañamiento de dichos cancilleres. Considerando que la gestión internacional se percibe, en estos momentos, como la vía más idónea para lograr condiciones adecuadas para unas elecciones presidenciales en el 2018 y para abrir el camino a la asistencia humanitaria, es un serio escollo la posición indefinida del gobierno apenas a horas del encuentro pautado en República Dominicana.
La Unidad Democrática ha precisado en su mensaje a la opinión pública nacional: “El país clama por una solución a la crisis generalizada que existe en este momento y el compromiso con Venezuela debe ser de todos los factores. Exigimos seriedad y cumplimiento en estos difíciles momentos para el país”.
Esto agrega expectativa a un lunes cargado de eventos que pueden ser definitivos: la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, con Venezuela en una agenda que incluye el canal humanitario que el gobierno se niega a autorizar; la Unión Europea se reúne de nuevo para el visto bueno de los cancilleres a las sanciones hacia Venezuela y un encuentro de Ministros de Defensa en Brasil ante la preocupación por la seguridad del continente en razón de las sospechosa conexiones del gobierno venezolano con factores del narcoterrorismo mundial.
Un incidente reveló este sábado los entretelones de la prevista reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El promotor, Diego Arria, uno de los diplomáticos venezolanos más destacados, logró el inédito hecho de reunir al organismo bajo lo que se ha dado en llamar “la fórmula Arria”, es decir, un mecanismo para discutir la trágica crisis venezolana en base a consultas informales. Arria, expresidente del Consejo de Seguridad, hizo este sábado una insólita denuncia. En su cuenta de Twitter responsabilizó a dos dirigentes de la oposición venezolana, Julio Borges –presidente de la Asamblea Nacional- y el diputado Luis Florido, de haber solicitado al Grupo de Lima postergar la reunión en la ONU hasta tanto se produzca la de Santo Domingo.
“Aparentemente –escribió Arria- la oposición oficial de Venezuela está intentado, mediante el diálogo que ha vuelto a surgir, impedir la celebración de la discusión en el Consejo de Seguridad. Justo lo que quiere el gobierno”. El asunto es grave y deja ver el mar de fondo que se agita en una suerte de Triángulo de las Bermúdas entre la ONU, República Dominicana y Caracas. Todo parece indicar que es algo más que el diálogo lo que está en suspenso.
Esto ocurre apenas a semanas de unas elecciones de gobernadores donde el gobierno dio muestras de haber consolidado su poder interno sumido, no obstante, en la desestabilización consecuencia de la más grave situación económica y financiera que jamás haya vivido la nación.
Lo que hasta ahora se presenta como claro es que la espera se acabó: vendrán las sanciones de la Unión Europea y el país comienza a transitar la senda de un default con seis títulos de deuda más pendientes, incluyendo el de la estatal Petróleos de Venezuela. “Ya es oficial –titulaba PanamPost, el blog de noticias y análisis de las Américas- este viernes 11 de noviembre Venezuela cayó oficialmente en default tras entrar en incumplimiento de pago al dejar de cancelar los intereses de un bono valorado en USD $650 millones”.
Hoy celebramos a...