Con o sin historia familiar, estas gemas fueron igual de protagonistas que quienes las recibieron
Diana Spencer… y Kate Middleton
Lady Di, a diferencia de muchas mujeres de la realeza (y mujeres en general), quiso escoger su propio anillo de un catálogo de Garrard Jewelers. Hay varias teorías del por qué ella escogió este zafiro oval de color azul de 18 quilates rodeado de 14 diamantes: una es que combinaba perfectamente con sus ojos, otra porque era el más grande y hay quienes aseguran que en realidad fue la reina Isabell II quien lo eligió. Este mismo anillo fue el que le dio el príncipe Guillermo a Catalina… esperemos que de una manera más romántica y al momento de pedirle casarse con él, no después.
Doña Letizia
El príncipe Felipe no quiso darle el típico solitario (posiblemente porque se trataba de la segundas nupcias de ella) sino un moderno y elegante anillo de 16 diamantes corte baguette montados sobre oro blanco de la casa joyera Suárez. Aparte, le dio un collar a juego.
Grace Kelly
En un principio, el príncipe Rainiero III de Mónaco le dio una banda de Cartier de diamantes y rubíes, pero como otras actrices de Hollywood comenzaron a tener anillos mucho más grandes, le ordenó a la famosa marca joyera otra pieza: un enorme diamante de 10.5 quilates de corte esmeralda con dos diamantes tipo baguette a los lados… ¡más digno de una futura princesa!
Victoria de Suecia
Daniel Westling optó por un brillante de 3 quilates montado en oro blanco para pedir la mano de su amada. La pieza fue confeccionada por los joyeros oficiales de la corte del rey Carlos XVI Gustavo. Aunque no tiene ninguna historia familiar extraordinaria, la princesa dijo que tenía un gran significado para ella pero sin dar detalles. Muchos aseguran que lo dice porque él la ayudó en tiempos difíciles y realmente considera que se está casando con el amor de su vida; otros lo atribuyen a que él mismo pagó por la joya con gran esfuerzo.
Reina Isabel II
Para sellar su compromiso, el príncipe Felipe de Edimburgo le mandó a hacer un hermoso anillo con los diamantes de una antigua tiara de su madre, la princesa Alicia de Battemberg. Setenta años después, ella lo sigue usando.
Máxima de Holanda
El Príncipe Guillermo Alejandro le pidió matrimonio a la argentina Máxima Zorreguieta un espectacular anillo de platino con un gran diamante naranja por ser el color de la Casa Real de Orange.
Wallis Simpson (la duquesa de Windsor)
Sin duda, una de las uniones más polémicas de la corona británica, ya que fue la que hizo que Eduardo VIII abdicara al trono a favor de su hermano, Jorge VI. La duquesa recibió una enorme esmeralda de 19.77 quilates con una inscripción que decía: “Somos del uno al otro 27 x 36”, que hacía referencia a la fecha en la que el hijo mayor de la reina María le propuso matrimonio: 27 de octubre de 1936.
Mary Donaldson de Dinamarca
Esta australiana conoció al príncipe Federico de Dinamarca durante los juegos olímpicos de Sydney 2000. Él mismo quiso diseñar el anillo que le daría, escogiendo como piedra central un diamante en talla esmeralda con dos rubíes procedentes de las minas de Maghook (Myanmar) para reflejar los colores de la bandera danesa y darle la bienvenida a su prometida al reino.
Charlene de Mónaco
El príncipe Alberto de Mónaco no obsequió a su prometida una joya histórica de la familia Grimaldi porque quería algo totalmente nuevo y único, así que optó por una sortija con un gran diamante en forma de pera de 3 quilates de la firma parisina Repossi.
Camilla Parker Bowles
La duquesa recibió de Carlos un anillo de platino y diamantes estilo art decó que era de la Reina Madre, el cual le había sido obsequiado cuando nació Isabel II.
Marie Cavallier de Dinamarca
En este reino, definitivamente hay un tema con el patriotismo. Pero en el caso del príncipe Joaquín, quiso que el anillo de su segunda esposa tuviera la bandera de Francia, su país natal, usando rubíes, diamantes y zafiros.
Marie Chantal de Grecia
El príncipe heredero de Grecia y duque de Esparta hasta 1974, y príncipe de Dinamarca, Pablo de Grecia, le dio un zafiro azul de talla cabuchón que le pertenecía a su familia pero lo mandó a montar con un diamante en forma de corazón para darle su toque personal.