Así lo expresan a través de un comunicado conjunto En medio de horas de incertidumbre con respecto a la vigencia del cese al fuego temporal entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) – que rige entre octubre y enero de 2018- apareció un enfático pronunciamiento de la Conferencia Episcopal de Colombia y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
A través de un comunicado conjunto realizaron un balance del primer mes de funcionamiento del Mecanismo de Veeduría y Verificación del cese al fuego y es ahí donde destacan esta instancia como “un espacio de diálogo y prevención de actos de violencia entre ambas partes”
“La Misión de la ONU y la Conferencia Episcopal resaltan el compromiso de las partes en el Mecanismo para lograr el cumplimiento de los protocolos al suspender las acciones ofensivas y lograr evitar los incidentes armados entre la Fuerza Pública y el ELN, lo cual ha sido uno de los propósitos del Cese al Fuego acordado”, destacan en el comunicado.
Al mismo tiempo, hacen referencia a la sitación generado durante este último tiempo y la violencia desatada en las vigentes zonas de conflicto como por ejemplo “lo acontecido en Temuco donde varios campesinos resultaron asesinados”.
También mencionan uno de los episodios que mayor tensión desató durante este período y que tuvo que ver con la muerte en la localidad de Chocó del líder indígena Aulio Isarama Forastero.
“Hecho que el ELN reconoció y por el que pidió perdón, y el cual fue calificado por la Coordinación Nacional del MV&V como ‘una violación a las reglas y compromisos’ por parte del ELN”, señalan.
Es por todo esto que tanto la Iglesia como la ONU “instan a las partes a mantener su compromiso y voluntad para afianzar el trabajo del Mecanismo de Veeduría y Verificación, contribuir al propósito fundamental de mejorar la situación humanitaria de la población, y a su vez reforzar la iniciativa de cumplido el plazo, establecer un nuevo cese”.
“Un pobre balance”
Esta declaración llega casi de forma inmediata al comunicado de la Delegación de Diálogos del ELN titulado “Un pobre balance del primer mes del cese bilateral”.
“Desafortunadamente la lucha política en el país, las elites dominantes la siguen manteniendo en el camino de la polarización, haciendo a un lado el diálogo y la conciliación. Por eso crece la persecución política y se hace difícil lograr el objetivo trazado para este cese, de ‘reducir la intensidad del conflicto’”, indica uno de los puntos del comunicado.
Por último, algo ratificado por el propio líder guerrillero Pablo Beltrán, el ELN denuncia “operaciones ofensivas que incumplen los pactado en el acuerdo de cese y lo colocan en grave riesgo”.
https://twitter.com/ELN_Paz/status/928027506455826433
De esta manera, una vez los diálogos de paz con el ELN vuelven a verse amenazados y solo resta esperar que las partes logren el mejor de los entendimientos, pues volver al enfrentamiento armado lo único que traerá será más dolor y sufrimiento.
En las últimas horas, en diálogo con Vida Nueva digital y a título personal, el arzobispo de Cali, monseñor de Jesús Monsalve –con rol protagónico como coordinador de los obispos que acompañan este proceso en Quito- hizo pública su aspiración de que “el cese se vuelva definitivo”. No obstante ello reconoce las dificultades del proceso, pero representa un claro de ejemplo de mirada y pasos hacia la paz más allá del 9 de enero, día en que llegaría a su fin la tregua del cese.