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Puerto Rico: Muchos se fueron tras el huracán, pero la Iglesia sigue ahí

PUERTO RICO

Ricardo Arduengo - AFP

Jaime Septién - publicado el 06/11/17

"La isla se encuentra en medio de una crisis de salud pública y de seguridad alimentaria"

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Puerto Rico, tras mes y medio del paso de los huracanes Irma (7 de septiembre) y María (20 de septiembre), aún enfrenta un «nivel de necesidad sin precedentes». Muchos actores sociales internacionales se han olvidado de este problema, sin embargo, la Iglesia católica sigue ahí.  Y seguirá.

La señal de alerta sobre la situación fue dada por el obispo Frank J. Dewane, de Venice, Florida, y el arzobispo Paul D. Etienne, de Anchorage, Alaska, mediante una declaración conjunta el 2 de noviembre, en su calidad de presidentes, respectivamente, del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y del Subcomité de las Misiones Católicas.

Ambos prelados, a nombre de los obispos estadounidenses, pidieron una «acción significativa» a través de medios legislativos y fondos de emergencia para abordar «las necesidades inmediatas y a largo plazo de la población puertorriqueña». También instaron a los católicos y a todas las personas de buena voluntad a mostrar su apoyo a «nuestros hermanos y hermanas en una necesidad tan extrema».

Secuelas del paso de María

María, en categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, atacó la isla caribeña el 20 de septiembre, creando aún más destrucción que el primer huracán, Irma, el que, afortunadamente, golpeó la parte norte de Puerto Rico (en cambio María lo barrió por completo).

Hasta la fecha, más de 70 por ciento de Puerto Rico carece de electricidad y agua corriente. Otras islas, incluidas las Islas Vírgenes (pertenecientes a Estados Unidos), “también enfrentan desafíos en su recuperación”, recuerdan en su comunicado los prelados Dewane y Etienne.

«La isla se encuentra en medio de una crisis de salud pública y de seguridad alimentaria; el acceso al cuidado de la salud y el alivio de deuda sostenible de la isla son los desafíos que se deben resolver de manera integral: esto requerirá un gran esfuerzo y contribuciones significativas de recursos financieros y asistencia material», dijeron en su comunicado en el que hicieron notar que las personas de las Islas Vírgenes y de otras islas de la región «enfrentan dramáticas consecuencias para sus economías, que se basan en una industria turística activa. El impacto enorme y adverso de las tormentas para el sustento de las Islas Vírgenes es evidente”.

La iglesia también ha sido afectada

Además de los «costos humanos», dijeron, la «planta física» de la Iglesia católica en Puerto Rico -incluidos los edificios parroquiales y las escuelas- «ha sido gravemente dañada por los huracanes».  El obispo Dewane y el arzobispo Etienne señalaron lo que ha dicho el arzobispo de San Juan de Puerto Rico, Roberto González Nieves, que «prácticamente todas las estructuras de la iglesia en la isla se han visto afectadas por estas tormentas».

«Esta necesidad es particularmente convincente, teniendo en cuenta el papel central que las parroquias desempeñan como centros naturales en la prestación de asistencia pastoral a las personas y familias afectadas en tiempos de crisis», dijeron los dos prelados. «La ayuda y los recursos financieros son necesarios para restablecer los entornos físicos donde la iglesia sana a través de sus ministerios a los que más lo necesitan».

La gente de Puerto Rico ha tenido que lidiar con problemas serios durante muchos años, problemas que van desde las crisis ambientales hasta la escasez alimentaria, el desempleo persistente y otros problemas sociales derivados de la crisis financiera que afecta a la economía de la comunidad.

«Ellos tienen poca responsabilidad por la situación financiera de la isla, sin embargo han sufrido la mayoría de las consecuencias. Ahora, la reciente devastación ha hecho que las circunstancias, especialmente para los necesitados, sean insoportables», dijeron en su comunicado el obispo Dewane y el arzobispo Etienne.

¿Qué se puede hacer?

«Como pastores, compartimos el sufrimiento soportado por nuestros hermanos obispos y la gente que pastorean en Puerto Rico», continuaron. «Estamos preparados, a través de la defensa legislativa, así como a través de los fondos de emergencia establecidos después del huracán María, para apoyar con compasión a nuestros hermanos y hermanas en una necesidad tan extrema», expresaron en su comunicado del 2 de noviembre.

Y más adelante, al finalizar el texto de alerta, el obispo de Venice y el arzobispo de Anchorage, a nombre de todos los obispos de la nación americana, pidieron, con extrema urgencia “a todos los católicos en los Estados Unidos que se unan a las personas de buena voluntad para apoyar iniciativas cruciales en este momento crítico para el pueblo de Puerto Rico».

Con información de Catholic News Service

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