El domingo, vaya lata… ¿O no? De ir bien vestido a misa, a trotar como cabras por los montes. El domingo, aquel día de “guardar”, ha pasado en algunos lugares a ser la idea jornada de deporte, familia y ocio, además de merecido descanso. Pero la idea de “Día del Señor”, como día para dedicar a la espiritualidad, al culto… se ha ido desvaneciendo en algunos ambientes.
Era el año 2005, y el Servicio Cultural de la Iglesia Italiana se planteó qué pasaba con el domingo. Teóricamente, es el momento más importante de la semana. Pero cuando antes se celebraba con toda liturgia y ceremonial, ahora el domingo empezaba a ser un momento para ir a hacer “running” y la vida espiritual y también a veces la familiar quedaba en un segundo momento.
El Servicio Cultural Italiano, un proyecto de los obispos italianos para enlazar fe y cultura, se decidió a entrevistar a 10 personalidades, para preguntarles el sentido de la fiesta, especialmente de la fiesta dominica (Il tempo della festa. Dieci voci per riscoprire la domenica, San Paolo). El filósofo Simone d’Agostino realizó entrevistas a filósofos, biblistas, artistas, psicólogos… para desentreñar la esencia lúdica del domingo.
El libro recuerda las palabras de Juan Pablo II, en su carta apostólica Dies Domini, que ayuda a redescubrir el domingo: “No tengáis miedo de dar vuestro tiempo a Cristo” (DD, 7).
El tiempo de la fiesta, según se lee en la presentación, es “gratuito por definición”. El libro se estructura según algunas dimensiones propias de la fiesta: dar gracias, comer, comunicar, cantar, danzar, reír, jugar, dar, reposar, parar-iniciar.
He aquí algunas de las ideas de esta reflexión sobre el sentido de la fiesta:
- El domingo nace de la mirada positiva de Dios e interrumpe el cortocircuito de la desgracia (Elmar Salmann)
- La celebración seminal del domingo ayuda a superar resignaciones ante los aparentes desmentidos de la historia (Francesco Cacucci)
- La celebración eucarística dominical no se puede terminar dentro de las Iglesias, exige transformarse en compromiso y servicio de caridad (Francesco Cacucci)
- La verdadera fiesta es la pacificación. Un amor correspondido es fiesta (Marko Ivan Rupnik)
- No es la fiesta que crea comunidad, sino la comunidad que hace la fiesta (Piero Stefani)