Sea a primera hora de la mañana, o terminando la tarde, a unos 1,500 usuarios del chat de WhatsApp les llega un “voice note” anunciando el Mensaje Bíblico del Día.
“Mis hermanos me dicen que el mejor trabajo que hago como obispo es la edición de esos mensajes, aunque yo no me lo creo”, reflexiona el obispo José Dolores Grullón, obispo de San Juan de la Maguana, en República Dominicana, en un reportaje especial de Tania Molina, periodista y miembro de SIGNIS República Dominicana.
Este prelado de 75 años de edad ha advertido que los horizontes de la evangelización se han ensanchado con la llegada de Internet y de las redes sociales, dejando atrás, o enfrentándolas como un desafío, los límites de su parroquia o de su diócesis, en este caso una diócesis que abarca las provincias de Azua, San Juan de la Maguana y Elías Piñas, las tres en la parte sur del país que colinda con el vecino Haití.
El obispo Grullón, dice Molina en su nota de SIGNIS, se apoya en las ventajas que trae la tecnología para compartir cada día su reflexión del Evangelio a jóvenes y adultos, sin distinción de clases sociales. Según los testimonios que recibe el purpurado, que ha llegado ya a la edad de su renuncia canónica, ocho de cada diez personas que reciben su reflexión diaria la reenvían a otros grupos, tanto del país, como del extranjero. “Por los cálculos que me hacen algunas personas creo que el mensaje está llegando a unas 50,000 personas todos los días”, comenta a SIGNIS.
La señal de Jesucristo
Sin embargo, la idea del Mensaje Bíblico del Día no le nació a monseñor Grullón cuando descubrió el potencial de las redes sociales. Esta necesidad de comunicar el Evangelio viene desde la creación de la emisora católica Radio Corazones, que fundó él mismo en 1997, en San Juan de la Maguana, y que se escucha a través de la frecuencia modulada (AM) 91.5 en toda la región suroeste del país y la zona que hace frontera con Haití. La emisora tiene como distintivo: “La señal de Jesucristo”.
Según narra la periodista dominicana, la emisora Radio Corazones “es una de las muchas realizaciones del obispo Grullón (quien en la actualidad es vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano) en San Juan de la Maguana, en donde fue designado obispo (por San Juan Pablo II) en 1991 y en donde se le reconoce por su labor en favor de la educación, la salud y el desarrollo comunitario”.
En otra parte de la entrevista reconoce el prelado, “la función principal del obispo es la formación”. Como él venía de una familia de educadores (su padre duró en el magisterio 51 años) asumió, dice, la necesidad de convocar para la misión y formar a este pueblo al que fue llamado a servir. Y qué mejor que con el uso de las modernas herramientas de comunicación. La técnica al servicio del Evangelio y del desarrollo humano integral.