Tres hombres con poncho blanco tallaron la imagen con tres condiciones. ¿Eran ángeles?
En la ciudad de Ayabaca al noroeste de Perú todos los 13 de octubre se celebra la festividad en honor al “Milagroso Señor Cautivo”.
Una gran multitud de peregrinos llegan de diferentes partes del país para pedir por sus intenciones a la imagen considerada muy milagrosa del Señor de Ayabaca.
Con ellos traen instrumentos musicales y sus canciones atenúan la caminata del trayecto hacia la Tierra del Cautivo. Muchos llevan una cruz a cuestas. También peregrinan ese día especial las personas con delitos leves en la cárcel que obtienen permiso para retirarse de la penitenciaría y cumplir con su promesa de “peregrinar” hacia el Divino Cautivo. Una vez cumplida la promesa, regresan a la prisión.
En el día central de la festividad las calles del pueblo son previamente alfombradas con flores y se lleva en procesión esta bella imagen de un metro ochenta de estatura, que representa el momento en que, tras ser apresado en Getsemaní, Cristo fue abandonado por sus discípulos (ver Mt 14, 50). Jesús, de pie, maniatado, refleja en su rostro una profunda desolación. Viste túnica morada con áureos bordados. Sus poderosas manos están atadas con dorado cíngulo y sobre su cabeza una corona.
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