“Estamos rodeados de los milagros de Dios y no nos damos cuenta”, contó a Aleteia la madre chilena de cuatro hijos que estaba muriendo desangrada y recibió un milagro tras la plegaria de su esposo y de sus hijas…
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El papa Francisco canonizará el domingo 15 de octubre de 2017 al beato español Faustino Míguez, fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, en una ceremonia que se celebrará en la basílica de San Pedro.
Un sacerdote que luchó por las mujeres por su dignidad y empoderamiento a través de la educación. Amor por las mujeres que llamaba “hermanas” hasta ser bautizado por los medios como «el santo feminista».
Por su puesto, en esta historia cae de gracia que el milagro haya sido dirigido a una mujer, madre de cuatro hijos y además que en el calendario litúrgico se celebre al nuevo santo el 8 de marzo, día internacional de la mujer.
El milagro necesario para abrir la causa de canonización, ocurrió a favor de Verónica Storberg, catequista del Colegio Divina Pastora en La Florida (Chile).
A las personas que no creen en milagros, Storberg asegura siente “pena” porque los “milagros” se presentan en un momento único e irrepetible en más momentos de la vida de cada persona, según argumentó con un brillo en los ojos.
“Un milagro es poder caminar, respirar. Un milagro es poder hablar. Un milagro es poder ver que sale el sol. Constantemente vivimos pequeños o grandes milagros. Y no nos damos cuenta”, manifestó.
Sucesivamente, piensa con parsimonia alegre al evento extraordinario acaecido en su vida. “Nunca he tenido duda de que fue un milagro”, dijo a Aleteia Storberg que el 10 de septiembre de 2003 comenzó a encontrarse mal. Ingresa en el hospital con preclampsia –tensión alta- lo que hizo que le explotara el hígado.
En la mañana del 13 de septiembre, los médicos avisan a Pedro Núñez, el esposo de Verónica, para que se despida de su mujer. No se puede hacer nada más.
Las iglesias estaban cerradas. El esposo de Storberg junto a sus hijas adolescentes buscan una capilla donde rezar y pedir un milagro. Una de las chicas recuerda que en su colegio siempre hay una capilla abierta.
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