Los cambios en Cuba, como los trámites, suelen tardar mucho tiempo. Así, mientras el resto de América Latina ha entrado de lleno en la era digital, apenas el próximo mes de diciembre las familias cubanas comenzarán a tener acceso a Internet. Y no todas, por supuesto.
No será un Internet abierto. Es conocido que con la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos, las medidas a favor de la apertura de relaciones diplomáticas y comerciales entre este país y la isla caribeña –logradas por Barack Obama, Raúl Castro y el Papa Francisco—se han echado para atrás.
Será, pues, un servicio dirigido y orquestado por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), una empresa estatal que provee servicios de telecomunicaciones para el régimen instaurado, desde hace 58 años por Fidel Castro y ahora dirigido por su hermano Raúl. El servicio de Internet para hogares, conocido como Nauta Hogar, se extenderá paulatinamente a todo el país a fines de este año.
La novedad es que este servicio, que para cualquier ciudadano occidental es fácil encontrar en sus hogares o en lugares públicos, ahora llegará a personas “no calificadas” por el Estado. En este momento, el Nauta Hogar puede disfrutarse solamente entre extranjeros, profesionales y funcionarios de alto rango autorizados por el gobierno.
También en unos cuantos hogares de La Habana Vieja que forman parte de un plan piloto. El resto de los cubanos –y de los visitantes a la isla– únicamente pueden conectarse a través de las poco más de mil salas de navegación y en áreas de Wi-Fi en parques y plazas de la isla, apenas echadas a andar en 2015.
Finalmente –y esto es parte del logro que están vislumbrando las familias de Cuba—van a poder comunicarse con sus familiares en el exilio, sobre todo en Estados Unidos, a través de videoconferencias. Anteriormente lo tenían que hacer de forma muy incómoda y acechados, siempre, por los visores oficiales y en los sitios asignados previamente para tal efecto.
Caro y lento, pero al fin en casa
Ahora bien, el servicio no va a ser para todas las familias. Los usuarios que lo requieran en su hogar, tendrán que “cancelar” entre 15 y 70 Pesos Cubanos Convertibles (CUC) al mes, equivalentes a 15 y 70 dólares estadounidenses.
La Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba (Onei) sostiene que el salario medio mensual en Cuba durante 2016, después del aumento en sectores como el azucarero, el mejor pagado con 1, 246 CUP (49.8 dólares), y la caída en el terreno de la administración pública, defensa y seguridad social, con 510 CUP (20.4 dólares), ha alcanzado los 740 pesos cubanos (CUP), equivalentes a 29.6 dólares.
Es decir, que para una familia en la que se ganen dos salarios medios, la posesión de una concesión de Internet podría consumirle la mitad de su salario. Y eso que el costo del paquete mensual de 30 horas apenas dará para tener entre 1 y 4 MB, velocidad que no alcanza los estándares internacionales.
Mientras que por cada hora adicional se deberán cancelar 2 CUC, lo que significa que si una persona desea tener conexión las 24 horas del día, deberá pagar aproximadamente 1,000 CUC mensuales, algo inasequible para quienes perciben el sueldo promedio de 29.6 dólares mensuales.
Actualmente, para poder utilizar Wi-fi en los puntos de conexión, se deben cancelar 1,5 CUC por hora. Otra limitación es que el servicio solo estará habilitado para quienes disponen de una línea telefónica fija en su hogar. Y apenas hay un millón de líneas fijas en uso, para un país 11.2 millones de habitantes.
Pero ya habrá Internet en casa, para los más pudientes. Poco a poco se irá abriendo al pueblo. Dependiendo, también, de cómo se abra Cuba al mundo… digital.
Hoy celebramos a...