“¡Como sigas así, te quedas sin postre!”. El castigo puede dar la impresión de ser eficaz y de apoyar una autoridad parental. Pero para el niño es desastroso y no ayuda en nada a su aprendizaje. Descubre 13 ideas para ayudar a los niños a comprender las reglas, evitar las travesuras o mejorar su comportamiento sin utilizar castigos.
Con el castigo, el niño aprende a obedecer al adulto por temor. Como resultado, el vínculo entre el niño y sus padres se debilita, disminuye la confianza, la complicidad y el placer de estar juntos. Por lo tanto, en muchos países como Dinamarca y Suecia, los azotes en el trasero y todo tipo de violencia contra los niños están prohibidos. Gritar cada vez más fuerte no es una solución y tampoco un beneficio a largo plazo.
Los expertos coinciden en la utilidad de dialogar con el niño y tener en cuenta sus emociones. Audrey Akoun, psicóloga y coautora de Vive les Zatypiques (ed. Leduc.s) explica el tema. “El castigo tiene por único propósito aliviar nuestros nervios y no sirve para nada”, dice la psicóloga. “El niño debe tomar consciencia de sus acciones y se le debe dar la oportunidad de repararlas. Decir ‘¡Eres insoportable!’ o ‘¡Qué desagradable eres!’, es ser cruel con el niño o niña. No hay posibilidad de que comprenda y remedie sus trastadas”.
Afortunadamente, nunca es demasiado tarde para enderezar el timón. “Es importante romper con este determinismo que dice que todo se define antes de los siete años”, insiste Audrey. “Tranquilos, si una relación puede ir de mal en peor, ¡también puede mejorar!”. Con algunos consejos fundamentales como alternativas al castigo, puedes descubrir un enfoque diferente para criar a tu hijo. Al ponerte a su altura y tener en cuenta su capacidad de reflexión, podrás olvidarte de los gritos y los juegos de poderes para crear una relación de confianza. “Es un auténtico trabajo en equipo, una colaboración del binomio entre padres e hijos”, resume Audrey. Sigue sus consejos para olvidar el castigo y encontrar una cierta serenidad en casa.
Comprender las necesidades del niño
Detrás de todo comportamiento inapropiado hay un sufrimiento o una necesidad que no se satisface. El niño nos está diciendo algo. Por ejemplo, si el niño necesita reconocimiento, tenderá a cometer una trastada para llamar la atención. La cuestión está en buscar la necesidad insatisfecha que ha engendrado este comportamiento. Si un niño no se queda quieto y a menudo rompe cosas, puede ser porque necesite moverse, desfogarse. Cuando la situación empeora y empieza a inquietarse, es momento de proponerle ir a dar una vuelta al aire libre.
Dedicar tiempo al niño
A menudo los padres no tienen suficiente tiempo para estar solos con cada uno de los hermanos. Sin embargo, conceder un momento exclusivo a cada niño, aunque sean 15 minutos, permite neutralizar el conflicto. El niño se siente valorado y puede disfrutar de este tiempo privilegiado para conversar con su padre o madre sobre sus deseos, sus reflexiones o sus dificultades.
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