Son 60 kilómetros, y ya se caminaron 45 en la 43 Peregrinación Juvenil al Santuario de Nuestra Señora de Luján, patrona argentina. Sin parar más que diez minutos en alguna posta. Agua entre los dedos de los pies, medias inflamadas, cuerpo semi-paralizado, calambres irreconocibles. En el cielo, una tormenta efímera, pero que hizo caer todo y en la noche, cuando menos se veía.
El camino había arrancado 8 o diez horas antes… sacar el teléfono para verificar cuánto hace que se camina consume batería, y ya no tiene sentido. Seguir o no seguir, esa es la cuestión. Si no se puede, no se puede, tranquilo, se escucha en algunos puestos de asistencia. La voz del corazón a veces dice otras cosas, pero muchas veces comprende.
Los grupos avanzan rápido, en masa, bajando la cabeza y a veces compartiendo bolsas de residuos como improvisados paraguas. Algunos generosos previsores comparten sus pilotos para cubrir dos, o tres cabezas. Es una manera de dar la vida por el hermano, piensan en su corazón…
Desde los puestos de asistencia se acercan frutas, en algunos casos el tan codiciado mate cocido calentito, agua… Cual maratonistas en Juegos Olímpicos muchos apenas estiran la mano y siguen caminando, bajando la cabeza en señal de agradecimiento pero sin dejar de murmurar una oración personal. Otros paran, charlan, estiran los músculos, cuentan por qué caminan al asistente, y siguen.
Alguno para un rato en algún puesto para aprovechar y confesarse. Otros lo harán al llegar, bajo el refugio no de una carpa sino de la imponente basílica. Son cientos los sacerdotes de las distintas diócesis de Buenos Aires que se unen a la peregrinación, sea caminando, alentando a la vera del camino, o confesando. Cuentan sin revelar los contenidos, claro está, que pocas cosas son tan conmovedoras en la vida sacerdotal como confesar a los peregrinos a Luján. Y ver al pueblo caminar.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.