En la audiencia general, el Pontífice ha predicado sobre los “enemigos de la esperanza” cristiana En la catequesis sobre “los enemigos de la esperanza”, el papa Francisco ha puesto el caso de los chicos y chicas que reciben todos los bienes materiales de sus padres para indicar que es la peor condena para ellos: “No desear más nada. Cerrar las puertas a los deseos, a los sueños”.
Así, los llamó: Jóvenes de otoño. “Parecería que ya ha bajado el otoño en sus corazones”, dijo el Pontífice este miércoles 27 de septiembre de 2017 en la plaza de San Pedro.
“Pensemos en un joven acostumbrado a recibir todo inmediatamente, a quien no se le ha enseñado la virtud de la espera y la paciencia, su alma se va vaciando de anhelos e ilusiones y esto es un obstáculo para la esperanza”.
“Tener un alma vacía es el peor obstáculo de la esperanza, es un riesgo del cual nadie puede decir que está excluido”, dijo al mencionar también el peligro inminente en el camino cristiano. Además, habló del peligro de la ‘pereza’ que condena a la esperanza como a algo que no está a nuestro alcance.
Asimismo, señaló la apatía, el aburrimiento y los pensamientos de la melancolía como enemigos de la esperanza.
“La apatía”, como enemiga de la esperanza, “nos hace ver los días como monótonos y aburridos. Hemos de luchar contra esto, pues Dios nos ha creado para la felicidad y no para que perdamos el tiempo en pensamientos melancólicos”.
El Pontífice ha puesto como ejemplo a los sencillos, los últimos y los trabajadores para ganar la esperanza.
“La esperanza es la virtud del pobre, del campesino, del trabajador y del emigrante que se pone en camino buscando un futuro mejor, así como también la de quien está abierto a la acogida, al diálogo y al conocimiento mutuo”.
En la catequesis habló de una esperanza que es sinónimo de compartir. Así dijo que era un camino en dos. A tal propósito, señaló que significa conocer y acoger también a los migrantes.
Pues se trata de una “virtud que empuja a todos a «compartir el viaje» de la vida, por eso no tengamos miedo a compartir el viaje, no tengamos miedo a compartir la esperanza. Y ante las tentaciones, acudamos a Jesús, Él nunca nos abandona, y repitamos con confianza: «Señor Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí que soy pecador»”.
En este sentido, el Papa ha lanzado en la audiencia la campaña de la Caritas Internationalis “Compartamos el viaje”, cuyo objetivo es promover la cultura del encuentro a través de compartir el camino de los emigrantes y refugiados.
El Pontífice se salió del texto bíblico para traer a colación la historia de la mitología griega de la Caja de Pandora para indicar que los hombres necesitan de esperar siempre en un ‘pequeño bien’ a pesar de todos los tantos males que salen de la Caja.
“«Mientras hay vida hay esperanza», es una frase que solemos escuchar, pero yo creo que es más bien al contrario, es la esperanza la que sostiene, protege y hace crecer la vida”, expresó Francisco.
Al final, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española, en especial a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
Por otro lado, el Papa ha recordado a las víctimas de las catástrofes naturales en el Caribe. “Deseo que hoy tengamos un recuerdo en la oración por las víctimas y damnificados que deja tras de sí el huracán que en estos días ha azotado el Caribe, y en modo particular Puerto Rico. Que Dios los bendiga”, expresó.
La audiencia general se ha concluido con el canto del Padre Nuestro y la bendición apostólica.