En la parábola algunos protestan porque ven injusto recibir sólo un denario:
Entonces se pusieron a protestar contra el amo: – Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.
La semana pasada pensaba en un defecto de Jesús. Jesús no sabe contar. No entiende de matemáticas. Noventa y nueve ovejas valen lo mismo que una sola oveja perdida. No tiene sentido.
Dios rompe mis esquemas y me enseña una manera de vivir generosa, sin medida, sin tacañería. Su amor infinito a cambio de nada. ¿Me creo que Dios es así?
¿No es verdad que creo que me merezco más que otros que aparentemente están más lejos de Dios? ¿No es cierto que a veces me siento orgulloso por llevar más tiempo a su lado y desprecio al recién llegado?
No conozco a Dios. No entiendo sus defectos. Me cuesta que no cuente. Porque yo sí lo hago. Yo mismo no me atrevo a acercarme a Dios si no he cumplido, porque pienso que no me querrá tanto como cuando me siento puro.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.