Si por fin te decides a abrir la Sagrada Escritura entonces, hagas lo que hagas, no hagas esto
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Al contrario de lo que dicen algunas caricaturas, hay muchos católicos familiarizados con la Biblia, aunque algunos de nosotros rara vez abrimos sus páginas, principalmente porque no tenemos claro cómo abordar una lectura de la Sagrada Escritura.
Un consejo: no abras el libro del Génesis y empieces a leer con la intención de llegar hasta el final. Rara es la persona que puede mantener el reto. La Biblia no es una novela ni una narrativa única, así que intentar leerla de cabo a rabo como si lo fuera es una buena manera de garantizar que te rendirás y nunca lo intentarás de nuevo.
Un buen consejo más: jugar a la “ruleta de la Biblia” y leer pasajes al azar tampoco te servirá de mucho, si lo que quieres en leer en serio la Escritura. Todos lo hemos hecho, claro, abrir el libro por la primera página que salga para “ver qué tiene que decirnos Dios”. Quizás esta práctica haya tenido un éxito limitado con algunos santos, pero con este método la Biblia seguirá siendo un misterio para el católico moderno; no lo iluminará sobre el resto de la historia de la salvación.
La mejor manera de abordar la Biblia es con intención. Esto supone utilizar todos los recursos disponibles para sumergirse en las profundidades de la sabiduría divina. De esta forma, la Biblia “cobra vida” y puede hablar a nuestro corazón. Aquí tienes tres ámbitos básicos que tener en cuenta a la hora de embarcarte en el viaje vital de leer la Biblia.
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La traducción de la Biblia
Una de las consideraciones más importantes que tener en cuenta es el tipo de traducción que esperas leer. En el mundo bíblico hay dos grupos principales: literal y dinámica.
Una traducción literal es en la que un equipo de traductores trabaja incansablemente para reproducir una palabra en griego o hebreo con un equivalente en otro idioma; para los ejemplos de este artículo, el inglés. El resultado es una Biblia que es extremadamente fiel al texto original pero que a veces es difícil de leer o entender.
Ejemplos de este tipo de Biblia en inglés son Revised Standard Version, Catholic Edition (RSV-CE) y Douay-Rheims. En español, por ejemplo, la Nácar-Colunga.
Para ayudar a corregir problemas de legibilidad de las traducciones literales, los académicos y lingüistas trabajan juntos para producir biblias que conserven el significado original de un pasaje pero sin ser una traducción exacta. Esto implica que las palabras son más fáciles de leer y entender, pero la intención sagrada del autor detrás de la elección de las palabras y la estructura de las frases a menudo se pierde.
Ejemplos de biblias dinámicas son: New American Bible, Revised Edition (NAB-RE) y la Biblia de Jerusalén Jerusalem Bible (JB). En español, la Biblia de Jerusalén y la Biblia Latinoamericana.
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Comentarios
Además de seleccionar el tipo de traducción que quieres leer, ten en mente el comentario que la acompaña, ya que un comentario más académico tal vez no resulte útil a un neófito en la fe.
Un comentario fácil de leer y que incluye numerosos artículos sobre creencias católicas es Catholic Answer Bible. Aclara cualquier confusión relacionada con la doctrina católica y cubre 88 temas diferentes.
Un comentario bíblico más académico es Ignatius Catholic Study Bible: New Testament. Esta biblia tiene amplios pies de página y es obra de Scott Hahn y Curtis Mitch. Para aquellos que quieran profundizar en pasajes bíblicos específicos, la Ignatius Catholic Study Bible es una gran elección.
Para los interesados en un comentario devocional de la Escritura, la Biblia de Navarra es la elección perfecta. Este comentario en particular es único en que contiene extractos no solo de los Padres de la Iglesia y de numerosos documentos eclesiásticos, sino también reflexiones espirituales de autores como san Josemaría Escrivá.
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Guías de lectura de la Biblia
Leer la Biblia es un viaje y es importante tener un “guía” que te acompañe. Un guía popular es Jeff Cavins, que ha producido una excelente serie llamada Bible Timeline. Ayuda a los novicios bíblicos a darle un sentido a todo y aporta una claridad adicional a los pasajes más densos de la Escritura.
Otro buen guía para este viaje es el doctor Timothy Gray, que ha estado facilitando libros individuales del Nuevo Testamento en una serie nueva de nombre Lectio. También hace un excelente trabajo al aportar un aliento fresco al antiguo texto de la Biblia.
Es igual de importante leer la Biblia con la orientación de la Iglesia. El Catecismo de la Iglesia Católica contiene instrucciones específicas sobre cómo abordar la Biblia en los párrafos 115-117.
En definitiva, leer la Biblia es una aventura, una en la que todos deberíamos adentrarnos en algún momento de nuestra vida. Lo que es importante recordar es hacerlo con intención, con propósito, preparándonos reflexivamente para tener un viaje fructífero a través de la Palabra de Dios.