Testimonio tras pasar 117 días secuestrado por el grupo Maute, vinculados al Estado Islámico“Mi secuestro ha sido la voluntad de Dios. Una prueba que Él ha querido ponerme. Confío en Él. Mi futuro sólo lo veo en Marawi: cristianos y musulmanes somos hermanos y creemos en el único Dios”: ha dicho el p. Teresito Soganub (llamado “Chito”), el sacerdote secuestrado el 23 de mayo y liberado después de 117 días de prisión por parte de terroristas del grupo Maute, vinculados al Estado Islámico, que tienen bajo ocupación la ciudad de Marawi, en la isla de MIndanao.
En la ciudad, el ejército filipino está realizando sus últimos esfuerzos para derrotar a los yihadistas que todavía están atrincherados en el centro con un grupo de más de 40 rehenes.
El p. Chito, al llegar a Manila, ha explicado como ha sido el tiempo de su secuestro, señalando que no quería huir, “para poder compartir el destino de los secuestrados hasta el final”. El sacerdote ha dado las gracias al ejército por sus profundos esfuerzos y “a todos los que han orado por nosotros y por nuestra salvación”. El p. Teresito también ha dicho que sólo ve su futuro en Marawi, para continuar en el trabajo de diálogo y construcción de la paz: “Los cristianos y los musulmanes creemos en un solo Dios, queremos vivir en paz”, ha explicado.
El obispo de Marawi, Edwin De La Pena, contactado por la Agencia Fides, informa que “el p. Chito tendrá un período de descanso y recuperación antes de reanudar el ministerio sacerdotal y regresar a la Prelatura Apostólica de Marawi. “La liberación del p. Chito nos da esperanza para la liberación de otros rehenes, entre los que están otros fieles católicos”, recuerda.
“Esperamos que la guerra termine pronto – continúa – y que los residentes de Marawi puedan regresar a sus casas, reconstruir sus vidas y su ciudad”.
Es por eso que el Obispo invita a las comunidades católicas de todo el país a “adoptar una comunidad afectada” por la crisis de Marawi, para ayudar a las comunidades locales en el camino a largo plazo hacia la recuperación. “El esfuerzo común de toda la Iglesia filipina transmitirá un mensaje de esperanza a todas las comunidades afectadas”, señala De La Peña.
El proyecto “Adopta una comunidad” es una iniciativa de la Prelatura apostólica de Marawi, en colaboración con Caritas Filipinas y los misioneros redentoristas. Las diócesis y parroquias adoptarán una comunidad de Marawi, ayudando a todas las personas desplazadas y proporcionando todos los recursos necesarios para poder regresar a las actividades sociales normales, como antes de la crisis.
El obispo informa que también se hará un llamamiento especial para reconstruir la Catedral de Marawi, muy dañada por los yihadistas. La Prelatura Apostólica según ah referido a la Agencia Fides presentará un proyecto para solicitar una contribución extraordinaria también a las Obras Misionales Pontificias