El Pontífice asegura que no firmará jamás una petición de gracia para un sacerdote que abuse de un menor “Permítanme decir con toda claridad que el abuso sexual es un pecado horrible, completamente opuesto y en contradicción con lo que Cristo y la Iglesia nos enseñan”, dijo el papa Francisco este jueves 21 de septiembre 2017 en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Papa Bergoglio ha recibido en una audiencia a los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, con motivo de la apertura de su Asamblea Plenaria. La Comisión se reúne periódicamente para afinar estrategias.
Dejando de lado las hojas del discurso, aseguró que quien es condenado puede pedir la gracia al Papa y no obstante, jamás la obtendrá. Francisco fue claro: no firmará nada.
El Papa ha asegurado que ha aprendido de los ‘errores’ del pasado y no será clemente con los casos de sacerdotes involucrados en abusos sexuales.
Entretanto, admitió que la Iglesia ha llegado tarde en materia de prevención y cura de los abusos. “Y cuando la consciencia llega tarde, los medios para resolver el problema llegan tarde. Yo soy consciente de esta dificultad”, sostuvo sin seguir su discurso preparado.
La posición es tajante, en línea con el esfuerzo de Benedicto XVI: “tolerancia cero” allá donde hayan abusos contra los menores y personas indefensas. Francisco lo considera una alta forma de “traición” a la misión.
“Reitero hoy una vez más que la Iglesia, en todos los niveles, responderá con la aplicación de las más firmes medidas a todos aquellos que han traicionado su llamado y han abusado de los hijos de Dios”.
Las leyes son para todos. “Las medidas disciplinarias que las Iglesias particulares han adoptado deben aplicarse a todos los que trabajan en las instituciones de la Iglesia”, sostuvo.
Los obispos son responsables en primera línea
Pero, en primer lugar aseguró que la “responsabilidad primordial es de los Obispos, sacerdotes y religiosos, de aquellos que han recibido del Señor la vocación de ofrecer sus vidas al servicio, incluyendo la protección vigilante de todos los niños, jóvenes y adultos vulnerables.”
Por esta razón, añadió: “la Iglesia irrevocablemente y a todos los niveles pretende aplicar contra el abuso sexual de menores el principio de “tolerancia cero”.
Negligencia también será perseguida
Contra la lacra de los abusos, Francisco tampoco dice admitir la negligencia y recuerda el “El motu proprio Como una madre amorosa, promulgado en base a una propuesta de la Comisión”.
La referencia es directa al principio “de responsabilidad en la Iglesia”, y en especial, “afronta los casos de los Obispos diocesanos, Eparcas y Superiores Mayores de los Institutos religiosos que, por negligencia, han realizado u omitido actos que hayan podido provocar un daño grave a otros, bien se trate de personas físicas o de una comunidad en su conjunto (cf. art. 1)”.
Desde el principio manifestó a los participantes de la Plenaria, “el profundo dolor que siento en el alma por la situación de los niños abusados, como ya he tenido ocasión de hacer recientemente en varias ocasiones”.
“El escándalo del abuso sexual es verdaderamente una ruina terrible para toda la humanidad, y que afecta a tantos niños, jóvenes y adultos vulnerables en todos los países y en todas las sociedades”, anotó Francisco.
También “una experiencia muy dolorosa para la Iglesia”. “Sentimos vergüenza por los abusos cometidos por ministros sagrados, que deberían ser los más dignos de confianza”.
El Sucesor de Pedro igualmente manifestó que se trata de una misión dictada por Jesucristo: “acoger la misión del Evangelio para la protección de todos los menores y adultos vulnerables”.
Jornadas de oración por las víctimas de abusos
En este sentido, el Papa aplaudió que muchas Iglesias particulares hayan adoptado la recomendación de la Comisión para instaurar una Jornada de Oración por las víctimas de abusos y para que no se repita este mal.
Además, aplaudió el “diálogo con las víctimas y supervivientes de abusos, así como con los representantes de las organizaciones de víctimas”.
Buenas prácticas
El Papa alentó a seguir siguiendo las directrices en materia de abusos redactada por la Comisión en las Conferencias Episcopales y Conferencias de Superiores Mayores. Entretanto, valoró importante el compartir las mejores prácticas, especialmente para aquellas Iglesias que tienen menos recursos para este trabajo crucial de protección.
“Me gustaría animarles a que sigan su colaboración en este trabajo con la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, para que estas prácticas sean inculturadas en las distintas Iglesias de todo el mundo”, sostuvo.
María Collins
El Papa Francisco tuvo palabras de reconocimiento por el trabajo en materia de prevención.“Me complace la noticia de que la presentación que el Cardenal O’Malley y la Sra. Marie Collins, uno de sus miembros fundadores (que renunció en marzo de 2017), realizaron la semana pasada a los nuevos Obispos haya sido acogida tan favorablemente”, dijo.
En este sentido, aseguró que estos “programas educativos ofrecen el tipo de recursos que permitirán a las Diócesis, Institutos religiosos y a todas las instituciones católicas, adoptar e implementa”.
Liderazgo del Papa
Por su parte, el cardenal Sean Patrick O’Malley, O.F.M. Cap., Presidente de la Comisión ha dirigido palabras de agradecimiento al Papa por su apoyo.
El también arzobispo de Boston, una de las diócesis estadounidenses donde explotó el escándalo de los abusos, expresó la importancia que ha tenido el “liderazgo que Su Santidad continúa ofreciendo”, como una “fuente de inspiración y de profundo incentivo” para la labor de la Comisión en materia de “tolerancia cero” al abuso sexual, “transparencia y responsabilidad”, y para realizar “los cambios necesarios en nuestra Iglesia”.
La Comisión
La Comisión Pontificia para la Protección de Menores fue creada por el Papa Francisco en marzo de 2014.
El Quirógrafo del Papa afirma: Tarea específica de la Comisión será proponerme las iniciativas más adecuadas para la protección de los menores y adultos vulnerables, así como realizar todo lo posible para asegurar que delitos como los sucedidos ya no se repitan en la Iglesia.
Según el documento, la Comisión promueve, conjuntamente con la Congregación para la doctrina de la fe, la responsabilidad de las Iglesias particulares para la protección de todos los menores y adultos vulnerables.
De hecho, en esta audiencia, el Papa ha manifestado que confía en que “seguirá siendo de gran ayuda en los próximos años para el Papa, la Santa Sede, los Obispos y los Superiores Mayores de todo el mundo”.
Indicó que ha tenido el privilegio de escuchar las historias de las víctimas y los supervivientes de abusos con sus efectos en sus vidas y en las de sus familias. Por ello, animó a la comisión a seguir alimentando el compromiso “de hacer todo lo posible para combatir este mal y eliminar esta ruina de entre nosotros”.