Un requisito excluyente que genera escándalo y que ha sido motivo de protestas Según los boletines epidemiológicos que publica el Ministerio de Salud, correspondientes al 2016, el gobierno acepta que 11.466 niños murieron por distintas enfermedades. Dicho número de muertes de infantes corresponde a un aumento de 32,12% con respecto al año 2015 cuando se registró la muerte de 8.812 niños. Bebés con menos de 28 días de nacidos habrían muerto por enfermedades como la sepsis, enfermedad de membrana hialina, neumonía y prematuridad.
Hace pocos días se reportó la muerte de niños en el hospital caraqueño J.M de los Ríos por una infección para la cual no se consiguieron los medicamentos en el país. Es común que durante los tratamientos de diálisis se produzca contaminación debido a las bacterias e infecciones presentes en el hospital, situación aún no esclarecida ni establecidas responsabilidades a pesar de que varias instituciones han denunciado el riesgo en reiteradas ocasiones.
Un 76% de los hospitales de Venezuela presentan escasez o inexistencia de medicamentos de uso sanitario, según una encuesta de la Red de Médicos por la Salud difundida en agosto del año pasado por el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS).
La Encuesta Nacional de Hospitales, presentada en marzo pasado y realizada por la Asamblea Nacional junto con la organización Médicos por la Salud, revelaba que un 51% de los quirófanos de los hospitales públicos venezolanos no se encuentran operativos.
Una de las situaciones más indignantes que viven los menores es la exigencia del gobierno de que sus padres porten el llamado “carnet de la patria”, un requisito excluyente que tiene escandalizado a medio mundo y ha ocasionado la protesta de varios concejales que ven en ello una inaceptable discriminación. El régimen impone la presentación del mencionado carnet que los registra como miembros del partido de gobierno antes de que los niños reciban las vacunas.
“El gobierno busca humillar a los venezolanos diciendo que si no tienen el carnet de la patria no le dan las medicinas que necesiten”, expresó Luis Somaza, concejal del municipio Baruta en Caracas, en rechazo a la medida tomada por el Ejecutivo Nacional en la que se establece que se debe presentar el carnet de la patria para adquirir las vacunas suministradas por el sistema público para los niños que las requieran.
Somaza destacó que, a su juicio, con esta decisión, el régimen de Nicolás Maduro pone en riesgo la vida de miles de infantes venezolanos.“Alrededor de un millón de bolívares cuesta comprar una vacuna. Además, hay algunas que deben ser suministradas en un tiempo específico y no pueden esperar”, comentó el dirigente municipal.
“El régimen condena desde el nacimiento a los niños venezolanos que requieren de la trivalente, la polio, entre otras, debido a que si sus padres no se someten al carnet de la patria no reciben los medicamentos necesarios”, dijo.
Como información adicional, los ancianos en los geriátricos dependientes del Estado pasan hambre, los residentes en el interior del país sufren hasta tres apagones al día y en la isla de Margarita, por excelencia turística y comercial, no hay gasolina en las estaciones de servicio. Los venezolanos hospitalizados en Cúcuta (frontera colombiana) mantienen consternadas a las autoridades del Norte de Santander: los pacientes no tienen quien los reclame y, lo más grave, la población venezolana que requiere atención casi triplica la de colombianos del departamento, no asegurados.
Es la crónica de un país que languidece, mientras Maduro invita a 60 países a una jornada mundial para “coordinar políticas en defensa de los derechos humanos, la paz y la soberanía”. Ironías de la revolución.