Una leyenda cuenta que la sibila Tiburtina anunció al emperador Augusto el nacimiento de Jesús
En Roma, a lado de la Plaza del Campidoglio, se encuentra la Basílica de Santa María in Aracoeli situada en la cumbre más alta del Monte Capitolino. Esta basílica, como tantas otras iglesias antiguas en Roma, fue erigida en un templo que fue antes dedicado a un culto pagano; en este caso, a Juno Moneta.
Pero esta basílica tiene una gran particularidad que la diferencia de las otras, su altar es único en el mundo cristiano porque fue creado antes de que nazca Cristo. ¿Cómo puede ser esto posible?
La leyenda cuenta que la sibila Tiburtina (ninfa profética de la mitología romana) se le apareció en sueños al emperador Octavio Augusto anunciándole que “del cielo vendrá un rey con semblanzas humanas que reinará por siglos y juzgará al mundo”.
E inmediatamente el emperador que se encontraba en su habitación tuvo una visión, de una virgen en un altar con un niño en brazos, y sintió una voz que le decía: Ecce ara primogeniti Dei, “este es el altar del “Señor del Cielo” , a lo que el emperador seguidamente se arrodilló a adorarlo.
Quedando muy impresionado de esta visión posteriormente hizo construir allí mismo en su habitación un altar para aquel “Señor del Cielo” de allí la palabra “Ara Coeli”, “Altar del Cielo” donde siglos después se construyó la basílica que actualmente podemos ver.
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