Brillante serie sobre el periplo de la clase media al fracaso del sueño americano y la lucha por la familia. Y no, no es Breaking Bad.Mientras los espectadores esperan el estreno de la tercera temporada de Narcos, Netflix sirve otra propuesta con el narcotráfico de fondo, Ozark. Casi medio mundo está en período de vacaciones, y la famosa plataforma apuesta por esta serie como preparación para el regreso de Narcos.
Si con The Wire y Breaking Bad el negocio de la droga había pasado de la caza a la familiarización, con Narcos el tema se ha convertido en género hasta llegar a la mitificación de los narcotraficantes. El chapo, Queen of the South, etc. están en la línea. ¿Es Ozark otra de ellas? La respuesta es clara: No.
Estamos ante una serie inteligente, brillante, de alta calidad fotográfica y buena factura, con ritmo silencioso, y un reparto más que excelente (con una Laura Linney y un Jason Bateman maravillosos). Dicen que es el Breaking Bad de Netflix. Pero no lo es. Y no pasa nada.
Es cierto que hay un padre de familia cuya relación con el narcotráfico le tiene atrapado. Pero más allá de esto, cualquier similitud es querer rizar el rizo a favor o en contra. Seamos claros: El personaje principal no es el insoportable y atractivo Walter White, sino un mero padre de familia mediocre que debe reinventarse para salvar su vida y la de su familia de las manos de las mafias de narcos. El narcotráfico es una excusa, un reclamo para enganchar al público en esta era mitificadora de antihéroes. Pero Ozark no va del narcotráfico.
La nueva propuesta de Netflix es una reflexión sobre el dinero, sobre la clase media y sus ahorros, así como sobre su ética y educación. Estamos ante una serie sobre la felicidad y la infelicidad. Prohibido ser vulnerable. Vivimos en la sociedad del riesgo en la que nadie puede reconocer que la necesidad de ser salvado por otro. Quien confía es quien no tiene.
Sin embargo, Ozark es valiente y nos pone delante el drama de la familia Byrde, que pretende salvarse sola. Obviamente no lo consigue. Y cuando uno se enfrenta a la nada y a la muerte, uno empieza a descubrir quién es y qué necesita. ¿Seguridad o felicidad?
Marty Byrde (Jason bateman) es un asesor financiero en Chicago. Tiene una vida aburrida a pesar de su sueldo. 22 años de matrimonio; dos hijos adolescentes, escuelas de pago; barrio residencial. Lo hace todo para ser feliz, pero sigue pagando la hipoteca y el aburrimiento le pesa. Con su socio se mete en un problema de blanqueo de dinero para un cartel de droga mexicano. Todo se complica y Marty debe marcharse con su mujer, Wendy (Laura Linney) a Ozarks, Missouri.
¿Qué hay allí? Según Marty, gente con pasta y nada de DEAs ni FBIs; solo dinero, dinero y dinero. El sitio ideal para blanquear en pocos meses la cantidad que le pide el narco si no quiere morir y ver morir a su familia. ¿Pero qué hay realmente en los Ozarks? Árboles, árboles, árboles, un lago y edificios construidos durante la Gran Depresión; la América arruinada y olvidada, llena de buena gente y paletos con mala fe. Habrá que ver si Marty consigue hacer realidad su farol.
A medio camino entre el drama familiar, el thriller criminal y el humor negro, Ozark busca y encuentra humanidad donde hay violencia o insatisfacción, cinismo. Como explica un genial Bateman, «tenemos que hacer que la audiencia entienda que son gente con la que podrías relacionarte, que no es una banda criminal».
Esto no va de drogas. Tampoco va de dinero exactamente. Va de decisiones, de cómo se construye una familia cuando se ha montado sobre el dinero como medida a la hora de elegir una cosa u otra. Ozark es clara: el dinero no es la medida para tomar decisiones en la vida.
En este sentido, la serie de Bill Dubuque (El contable) estudia de modo casi temático en cada episodio las zonas más grises de la clase media estadounidense. ¿Qué significa vivir? ¿Qué es amar y ser fiel? ¿Cómo se educa a los hijos? ¿Son solo biología? ¿Todo sirve para el bienestar? ¿Y la felicidad qué es? ¿Cómo se vive la acogida y la enfermedad de otro? ¿Qué es justo? Etc. Un conjunto de preguntas más que fundamentales que contradicen esa mitificación del dinero o del bienestar que tanto nos gusta ver y tan insatisfechos nos deja.
Ficha Técnica
Año: 2017-
País: Estados Unidos
Director: Andrew Bernstein, Ellen Kuras, Daniel Sackheim, Jason Bateman
Guión: Bill Dubuque, Paul Kolsby, Mark Williams
Fotografía: Ben Kutchins, Pepe Avila del Pino
Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans
Reparto: Jason Bateman, Laura Linney, Sofia Hublitz, Skylar Gaertner, Jason Butler Harner, Anthony Collins, Carson Holmes, Marc Menchaca, McKinley Belcher III, Kevin L. Johnson, Michael Tourek, Dirk Allison, Joseph Melendez, Esai Morales, Robert C. Treveiler, Evan George Vourazeris
Duración: 56 min.
Género: Thriller criminal; narcotráfico.
Clasificación: No recomendada para menores de 17 años