La promesa de campaña de Donald Trump de construir un muro que defienda a su país de la inmigración ilegal comienza a delinearse en el horizonteLa promesa de campaña del ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sobre construir un muro que defienda a su país de la inmigración ilegal procedente de México y de Centroamérica, no obstante los altibajos que ha sufrido en estos siete meses y medio que lleva al frente de la Casa Blanca, comienza a delinearse en el horizonte.
Esta semana –por lo pronto– el Departamento de Seguridad Nacional informó que ya tiene definido el concepto que considera ideal para la construcción del nuevo muro fronterizo con México; un muro que deberá extenderse por poco más de 3,000 kilómetros y que los analistas han costeado arriba de los 20,000 millones de dólares.
Coincidiendo con la visita de supervisión que Trump hizo al Estado fronterizo de Arizona, al sur de Estados Unidos, y con la renegociación que sostiene Estados Unidos con México y Canadá del Tratado de Libre Comercio que comenzó a operar el 1 de enero de 1994, la cartera encargada del muro –Homeland Security—presentó lo que podría considerarse el prototipo del muro.
En primer lugar, se construirá, justo en la línea fronteriza una barda física de aproximadamente 5 metros de altura. Después de ella un corredor de vigilancia de cerca de 35 metros, ya en territorio estadounidense, y más atrás una segunda contención de cemento más alta que la primera, de casi 9 metros de altura.
De hecho, Roland Vitiello, responsable en funciones de la oficina de Protección Fronteriza, dijo que ya existen cuatro empresas estadounidense elegidas para presentar, en un plazo de 30 días, sus propuestas.
El diseño presentado muestra una primera valla física en la misma línea de separación, una zona de vigilancia de unos 35 metros y un nuevo muro secundario de cemento de hasta casi 10 metros, para el que se han elegido ya cuatro empresas que deberán presentar sus prototipos.
Animados porque la Cámara de Representantes aprobó ya los primeros fondos para el muro fronterizo con México, quienes se encargan de este proyecto que ha levantado ámpula no solamente en México, sino en todo el resto de América Latina, han hecho saber a la prensa que en tres meses, a más tardar, se habrá terminado el proceso de selección de la compañía constructora de la primera fase de las vallas.
Las empresas elegidas para esta primera fase son Caddelll Construction (Alabama), Fisher Sand & Gravel (Arizona), Sterling Construction (Texas) y Yates & Sons Construction (Misisipi).
Según Vitello, al muro no le faltará “estética” como tampoco nuevas tecnologías de sensores, cámaras, infrarrojos, etcétera, para vigilar la frontera. El costo no se ha definido, por lo que algunos analistas piensan que este primer paso del muro, que se hará en la frontera entre Tijuana (México) y San Diego (Estados Unidos), podría ser determinante para saber si se va a construir a lo largo de la franja fronteriza o si solamente es para “tapar” los sitios de mayor flujo de personas desde México.
Además está el costo “oculto” de los terrenos que la administración federal tendrá que expropiar –y pagar—a los dueños del lado estadounidense, lo cual podría elevar mucho el costo de las vallas comprometidas por el presidente Trump.
El golpe mediático, sin embargo, está dado. La renegociación del Tratado de Libre Comercio puede ser un arma muy sensible para obtener fondos. En principio se gastarán 20 millones de dólares del presupuesto 2017 en los primeros cuatro prototipos. Más adelante habrá otros cuatro para probar en diferentes sectores de la frontera (como en el desierto, por ejemplo).
La Cámara de Representantes aprobó 1,600 millones de dólares para el próximo año fiscal 2017-2018 que comienza el 1 de octubre. Pero no hay seguridad que el Senado vaya por la misma línea y los apruebe. El presidente Trump dijo que de no hacerlo, él podría vetar el proyecto de presupuesto del próximo ejercicio.
La moneda está en el aire. Pero el primer golpe de efecto sobre el tema del muro ha sido dado.