El nadador Fernando Álvarez renuncia a la medalla en los Masters de Budapest para hacer un minuto de silencio por las víctimas del atentado de Barcelonahttps://youtu.be/1juts-h-w8Q
Los periodistas deportivos de decenas de países, que han seguido los Mundiales Masters de Budapest, se quedaron sorprendidos el pasado domingo al ver cómo el nadador español Fernando Álvarez, de 72 años de edad, no obedecía al disparo de salida en su competición de 200 metros braza. Se colocó en su carril, adoptó la posición de estar a punto, pero al oír la detonación no se lanzó al agua y se mantuvo así durante un minuto en señal de duelo por las víctimas del atentado de Barcelona, ocurrido el pasado jueves día 17.
El deportista, que compite en Hungría portando la camiseta del Club Natación Cádiz (España) había solicitado anteriormente a la Federación Internacional de Natación que se guardara un minuto de silencio en homenaje a los muertos y heridos de Barcelona y Cambrils. Mandó un correo electrónico aquella mañana pero no recibió respuesta. Decidió entonces presentarse una hora antes de lo previsto al pabellón para poder hablar con los jueces y a su iniciativa se sumó un médico, pero con todo los árbitros consideraron que no podía perderse aquel tiempo.
Ante esa situación, Álvarez decidió actuar por libre: «Me quedé tieso y cuando terminó el minuto me tiré al agua y nadé, aunque no conseguí un buen tiempo por culpa de una salida muy mala», ha declarado a La Voz de Cádiz.
Su gesto le honra y así se lo hizo saber un nadador sueco que lo felicitó por la acción. También le aplaudieron la valentía los nadadores del Canoe, que habían pedido el minuto de silencio y no se les concedió. Ellos optaron por celebrarlo con una bandera con crespón negro al obtener la medalla.
El nadador afirmó que, para él, “ciertas cosas no valen todo el oro del mundo”.
“Le podía haber pasado a una de mis hijas”
Fernando Álvarez explicó que además tenía motivaciones personales para querer vivir el minuto de silencio: «Es lógico pasarlo mal por un momento así, pero es que le podía haber pasado a una de mis hijas, que vive en Barcelona y que tenía planificado ir por la zona del atropello a la hora en que ocurrió, pero al final decidió salir más tarde y no le pasó nada».
La imagen ha quedado inmortalizada tanto en vídeos como en fotografías, que se han extendido por las redes sociales. Un gesto elocuente que habla del espíritu deportivo y la solidaridad.