Un verdadero símbolo de integración que incluso recibe la visita de otras advocaciones marianas Se trata de una de las festividades cultures y religiosas más importantes de Bolivia. Este 15 de agosto, con motivo de la Asunción de la Virgen María, en el país sudamericano se homenajea a la Virgen de Urkupiña, también llamada coloquialmente “La Mamita”.
Cada año miles de feligreses que llegan desde diversos puntos del país al municipio boliviano de Quillacollo, en el departamento de Cochabamba, para acompañar las diversas actividades, entre las que se destacan las danzas, despliegues folcklóricos, presencia de fraternidades y celebraciones religiosas.
El colorido y la alegría de la gente se conjuga con una auténtica devoción a la Virgen, momento especial en el año para llegar a sus pies y pedir y agradecer.
Las festividades centrales comenzaron este lunes y se extienden por tres días. Pero en lo previo la Virgen de Urkupiña ya fue motivo de celebración. Por ejemplo, una de las peculiaridades de las celebraciones previas fue dada por la visita de diversas advocaciones marianas a la Virgen de Urkupiña provenientes de otras zonas de la región y de otros continentes.
Entre las imágenes más destacadas que este año se hicieron presentes están la de la Virgen del Socavón (Oruro), Carmen (La Paz), Candelaria (Oruro), Cotoca (Santa Cruz), Lourdes (Francia) y Aparecida (Brasil), destaca Los Tiempos.
A través de una procesión, estas otras advocaciones marianas llegaron al Templo San Ildefonso en Quillacollo.
“La festividad de Urkupiña 2017 nos reúne este año bajo el lema: Con María la familia es misionera de amor y vida, hoy María en sus diferentes representaciones nos integra como hermanos bajo una misma fe, y una sola madre, la madre de todos en esta peregrinación religiosa”, dijo a al medio boliviano el vicario de la parroquia San Ildelfonso, padre Alberto Bortolin.
La tradición sobre la Virgen de Urkupiña en Bolivia se remonta al año 1700 y está vinculada a una humilde familia de campesinos. Más precisamente con la aparición de la Virgen a una pastorcita que recorría las colinas de Cota, al sudeste de Quillocollo. Luego de varias oportunidades en que la pequeña era visitada por “La Mamita”, junto a un hermosísimo niño en brazos, sus padres lograron ser testigos de los hechos e incluso llevar el caso al párroco local.
Desde aquel momento la Virgen de Ukupiña es muy venerada en esa región y los relatos de milagros son extensos, recuerda el portal del santuario que lleva su nombre.
Con el correr de los años esta festividad cobró mayor relevancia. Hoy en día – de alguna manera gracias a los migrantes bolivianos- la festividad que se vive en Quillacollo ha atravesado fronteras y se celebra en varias ciudades del mundo de países como Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, además de España e Italia.