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La mayoría de los edificios hoy en día se encuentran tan bien aislados que no permiten renovar el aire. Sin embargo, no se trata de un problema reciente: ya en la década de los 80, la NASA abordaba este asunto y publicaba un informe sobre los estudios realizados para tratar el problema, aunque no se hizo muy conocido. La página web Open Culture se hace eco del informe, y lo cita de la siguiente forma:
«En este estudio se han analizado las hojas, las raíces, la tierra y los microorganismos asociados de las plantas como un posible medio para limpiar de sustancias contaminantes el aire en interiores. Asimismo, a partir de esta investigación se ha diseñado un enfoque novedoso que consiste en emplear sistemas vegetales para eliminar altas concentraciones de agentes contaminantes en interiores, como el humo del tabaco, los disolventes orgánicos y posiblemente también el radón».
«Este diseño de filtro de aire combina plantas con un filtro de carbón activado. La justificación de este diseño, que es una evolución de diversos estudios sobre el tratamiento de aguas residuales, se basa en pasar grandes volúmenes de aire contaminado a través de una cama de carbón activado, donde se absorbe el humo, los productos químicos orgánicos, los microorganismos patógenos y posiblemente el radón a través del filtro de carbono».
«Las raíces de las plantas y sus microorganismos asociados pasarán entonces a eliminar los virus patógenos, las bacterias y los productos químicos orgánicos, de forma que, con el tiempo, dichas sustancias contaminantes que se encuentran en el aire se convierten en tejido vegetal. Se cree que las raíces de las plantas absorben el radón desintegrado y lo retienen en el tejido vegetal».