Aunque nos levanta la moral con los primeros rayos, el sol, por desgracia, puede convertirse -en altas dosis- en el enemigo número uno de la piel. Es útil aprender cómo los rayos ultravioletas actúan sobre las células de la piel y combatir los daños que causa protegiéndonos mejor de las quemaduras. No arruinen sus vacaciones por culpa de una piel enrojecida y dolorosa, mejor cuiden de su piel de forma responsable y perdurable.
Los peligros del sol
El sol emite rayos ultravioleta nocivos para nuestra piel. Invisibles al ojo humano, su radiación nos expone tanto a los rayos UVA, responsables del envejecimiento de la piel y del desarrollo de arrugas y manchas marrones; como a los UVB que actúan sobre la epidermis. Aunque los UVB permiten el bronceado de la piel, también son la causa de las quemaduras más graves; en altas dosis son incluso cancerígenos. Algunos daños son irreversibles, así que no se arriesguen a exponerse sin protección.
Los horarios en que hay que evitar la exposición
Cuando el sol está en su cénit, es decir, entre el mediodía y las 16 horas, sus rayos son particularmente fuertes y peligrosos. Así que conviene no exponerse en ese lapso de tiempo, incluso si el calor percibido no parece elevado.
Atención: los bebés no deben quedar expuestos al sol en ningún caso. Son más frágiles y vulnerables a los rayos, así que deben quedar al abrigo del sol sea cual sea la hora del día.
Arsenal contra las quemaduras solares
Para estar bien protegidos ustedes y su familia, cada miembro debe ir equipado de una camiseta seca, un sombrero ancho (de ala amplia que proteja la nuca) y unas gafas de sol. Los rayos UV no atacan solamente la piel, sino que también provocan graves lesiones oculares, responsables especialmente de las cataratas; encontrarán el índice de protección contra los UV en la etiqueta.
Cuanto más largas sean sus prendas, más se protegerán del sol. Den preferencia a las camisas de manga larga y los pantalones que cubran más superficie. Además, algunos tejidos están especialmente concebidos para proteger del sol.
Si les resulta difícil encontrar zonas de sombra para cobijarse (como en la playa, por ejemplo), pueden crear su propio espacio de sombra con diversos accesorios. El parasol, la sombrilla o el toldo crearán este espacio de manera visible, aunque habrá que tener en cuenta el cambio de posición del sol y la sombra a lo largo del día. No minusvaloren la refracción de los rayos del sol, que es aún más poderosa sobre la nieve que sobre la arena.
Escoger y aplicar bien la crema solar
La crema solar es indispensable durante una exposición al sol. El envase les informará sobre su índice de protección (existen ocho diferentes: 6, 10, 15, 20, 25, 30, 50 y 50+), revelando el porcentaje de transmisión de UV a la piel. Para conocer el porcentaje de UV no filtrado por la crema, apliquen la fórmula siguiente: [100/índice de protección]. Así pues, una crema con índice 6 transmitirá un 16’6% de los UV, mientras que una crema solar de índice 50 dejará pasar un 2%.