Amby llegó a España en 2002 desde Nigeria, durante más de siete años estuvo vendiendo pañuelos en un semáforo de la calle Tablada, en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache. Ahí, en la esquina de la explanada de la feria, al lado del Puente de las Delicias, lo veían cada día, hiciera frío, lloviese a cántaros o se pasase un calor insoportable. Era su rutina y muchos vecinos del municipio le conocían por ello y por la simpatía con la que se dirigía siempre a la gente.
Amby podría haber sido una persona anónima y sin embargo saltó a los medios en 2008 por su honradez. Encontró una cartera, cerca de donde trabajaba, con mucho, pero que mucho dinero, y la entregó a la Policía Nacional. El dueño de la cartera se lo agradeció con 50 euros.
El carácter de Amby, su simpatía y su buen hacer le hicieron popular en Sevilla. La noticia de su muerte, a los 53 años, ha sorprendido en toda la localidad. Ahora su primo, Stephen Joseph Ibe intenta recolectar el dinero necesario, 6.000 euros, para poder repatriar su cuerpo a casa, a Nigeria.
“Mi primo era muy bueno, muy religioso” cuenta en ‘La Tarde, Stephen, que también vive en San Juan de Aznalfarache, donde “he trabajado en muchas empresas, en la construcción, poniendo ascensores”, ahora está en paro por un accidente laboral.
Hoy celebramos a...