El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, recibió este viernes a dos expresidentes latinoamericanos, Andrés Pastrana de Colombia y Jorge (“Tuto”) Quiroga de Bolivia, miembros de IDEA y abordó con ellos la grave crisis en que está sumida Venezuela.
IDEA es una organización que agrupa a 37 expresidentes de gobierno de España e Iberoamérica. La reunión, en el Vaticano, es el resultado de un intercambio de cartas entre IDEA y Parolin, profundo conocedor de la realidad de Venezuela, país del que fue nuncio de su Santidad.
Los políticos llevaron al Vaticano su “inquietud” por Venezuela y el boliviano Quiroga aseveró que todos los “agentes internacionales” deben contribuir a ayudar a “detener este intento de golpe que está haciendo” el presidente de la República, Nicolás Maduro.
Destacó que el Vaticano puede “jugar” un papel “fundamental” en la solución de la crisis en Venezuela y opinó que “tiene un enorme peso moral y político. Su posición en nombre de Parolin e incluso del Santo Padre sería fundamental para encauzar a la hermana Venezuela en el camino de la democracia”.
La situación empeora por horas. Es conocida la insistencia de la Iglesia católica para que el gobierno de Nicolás Maduro permita la apertura de un canal humanitario para el ingreso de alimentos y medicinas al país.
En este minuto, resulta casi una proeza encontrar hasta pasta dental en los comercios. Es la razón por la que resultó particularmente irritante la aseveración de la Cancillería venezolana en el marco de la reciente reunión de la OEA, cuando desmereció la gravedad de la situación: “En Venezuela no hay crisis humanitaria. Hay de todo. Es una falsedad”.
Mientras tanto, la situación de orden público empeora al punto de que hoy es imposible circular: las calles están cerradas por barricadas. La población está indignada por los constantes allanamientos a los hogares, sin orden judicial, que han arrojado, entre anoche y hoy en la mañana un saldo de, al menos, 15 detenidos entre jóvenes estudiantes y asesores de la Unidad Democrática.
Acaba de circular, en principio de manera reservada, un estudio de coyuntura correspondiente a mayo-2017 firmado por la Cátedra Libre Democracia y Elecciones de la Universidad Central de Venezuela.
Los resultados, aunque previsibles, no dejan de impactar y se resumen así: el 89,7% evalúa negativamente la situación económica con respecto al año anterior, más de 59% opina que el gobierno es una dictadura y el 89% piensa que Venezuela está gobernada por ”unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio”.
El 90% afirma que en Venezuela no existe libertad de expresión. Ejecutivo y el Consejo Nacional Electoral son las instituciones con las que el pueblo muestra mayor insatisfacción.
El principal problema es el desabastecimiento, el 75% culpa a Maduro del drama que vive el país, más de un 80% califica de mala o muy mala la gestión del presidente y un 82% se muestra convencido de que no está en capacidad de resolver los problemas del país.
Más de un 83% cree que elecciones parciales son “manipulación para favorecer al actual régimen”; más del 94% demanda consultar al pueblo para cambiar la Constitución; un 86%, de ser consultado, no la cambiaría y un 89% asegura que hay razones para protestar. Era de esperar que un 86% manifestara que Maduro debe concluir su mandato en el 2017.
De este recién circulante estudio, las conclusiones son claras: tal y como previno la Conferencia Episcopal, la Constituyente carece por completo de legitimidad y la angustia principal de la gente se centra en el desabastecimiento y la desnutrición.
Adicionalmente, el presidente ha perdido la batalla de las percepciones. Los altos niveles de conflictividad no parecen tener solución, aumenta la presión social por un cambio. En paralelo, el gobierno es percibido con una única intención: acabar con la oposición y la población muestra poco optimismo sobre el futuro en medio de un cuadro de acelerada descomposición social acompañada del incremento en los niveles de conflictividad social sin solución.
Este viernes 23 de junio también apareció una misiva del rector de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), P. Francisco José Virtuoso (sj), donde afirmó de forma enérgica que la casa de estudios rechaza la violencia por parte de la Guardia Nacional que llevó a la muerte del joven estudiante de enfermería David Vallenilla de 22 años, el muerto nuestro de cada día.
Escribe el sacerdote-rector: “Un estudiante universitario de enfermería que protestaba en la autopista Francisco Fajardo a la altura de la Base Aérea La Carlota, que se suma a la larga lista de ciudadanos que han corrido con la misma suerte por defender la libertad, la democracia y un futuro de oportunidades que cada vez más se aleja de nuestra convulsionada sociedad. Las circunstancias en las que se cometió este abominable crimen, un ataque a mansalva a un joven indefenso, evidencian un incremento sustancial en la acción represiva del Estado y una flagrante violación del derecho a la vida….En estos momentos de angustia y dolor, mantengámonos unidos en la fe y la esperanza”.
Aferrados a eso estamos.
Hoy celebramos a...