Lustrar botas en la calle y cuidar el medio ambiente al mismo tiempo, ¿se puede?Máximo lustra las botas hasta altas horas de la noche. Y es que ahora utiliza la energía que le proporciona un panel solar. Sus clientes no solo terminan con sus zapatos relucientes, sino también consiguen conectarse a través de la banda ancha que encuentran en el módulo, gracias al sistema de energía limpia, que se ha implementado en las calles de Lima por primera vez.
Su vida ya no será igual. Su labor como lustrabotas terminaba con el ocaso. Danzante de tijeras en sus tiempos libres, con 75 años de edad, Máximo no contaba con un buen trabajo que le dé mejores ingresos.
¿Puede el comercio ambulatorio disminuir los efectos del calentamiento global? Se preguntaba el ingeniero industrial Gian Piero Mubarak, joven peruano de 26 años, quien decidió apostar por el impacto visual que genera el “ambulante” (como se le llama en Perú a los comerciantes que exponen sus mercaderías en las calles).
“Un restaurante se ubica en un lugar en forma perenne, mientras que por un puesto de un ambulante transitan miles de personas todo el día”, sostuvo el también abogado Mubarak para la prensa local.
En el Perú de 7 millones de niños y adolescentes que trabajan, el 15% se dedica a este oficio. Ahora ya no sólo caminaran por las calles con un “bolero”, como se le conoce en otros países de la región, a la caja donde lustran los zapatos, sino que más bien se han convertido en los pioneros en el mundo, en utilizar energías renovables para brindar este servicio.
El joven peruano se ha propuesto llevar su proyecto al interior del país y espera poder lograrlo este año. La recompensa a este esfuerzo es ver cómo los comerciantes ambulantes que por más de 40 años han trabajado empujando carretillas, sacando adelante a sus familias han logrado mejorar su calidad de vida, convirtiéndose en ejemplo de uso de energías renovables para el Perú y el mundo.