El Pontífice sorprendió hasta a monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo católico, salvadoreño, quien compartió con Aleteia cómo recibió la noticia de la creación a cardenal y su opinión sobre la Reforma en acto en la Iglesia como ‘conversión del corazón’ antes que de ‘estructuras’.
“Nadie pensaba que eso pudiera suceder. No hubo ninguna señal previa para que yo sospechara algo. Yo vi al Papa en marzo, fue muy cariñoso conmigo, pero nunca sospeche que en su mente tuviera una idea como esa”, dijo Rosa Chávez, 74 años, obispo auxiliar de San Salvador en El Salvador y con treinta años en el cargo. Ni sombra de triunfalismo en sus palabras o gestos.
El 21 de mayo de 2017, monseñor Gregorio se preparaba para presidir la misa y seguir su agenda pastoral, cuando se entera que el Papa después del Ángelus del domingo anunció la creación de un obispo auxiliar, hace su nombre, para el colegio cardenalicio.
Y súbito sin pensarlo, Rosa Chávez va a la Catedral Metropolitana para rezar. En las fotos se percibe su silente visita a la Tumba del beato monseñor Romero, que fuera su superior, y él su asesor en el ámbito de la comunicación. En sus oídos podían resonar las palabras de otro santo, Juan Pablo II: ‘Romero es nuestro, era un mártir’.
“Me quede en silencio cuando la noticia llegó y se confirmó. Un largo silencio; desconcertado, abrumado, totalmente sorprendido. Aún no salgo de la sorpresa. Aún no sé porque el Papa lo hizo… Ciertamente, le escribí diciéndole:
‘Usted nos sorprende, como dice que Dios nos sorprende…¡Vente conmigo en lo que te queda!. Eso fue lo que le escribí en la carta de agradecimiento!”, comentó el que será el primer cardenal salvadoreño de la historia del país.
Pastores o príncipes
“El Papa tiene un proyecto para la Iglesia, está en su carta programática (Evangelii Gaudium), ha dicho que clase de pastores quiere, ve en Romero un icono del pastor que él sueña, ve en su iglesia, una Iglesia como la que él quisiera; una iglesia martirial (De los mártires o relacionado con ellos).
Lo dijo el martes de la semana pasada todavía en su homilia en Santa Marta: ‘Lo mataron porque era verdad lo que decía’. Él lo tiene muy claro. Quiera Dios que podamos contribuir desde nuestra nueva situación a ese sueño del Papa y pueda hacerse presente en la historia”, sostuvo el prelado salvadoreño.
En efecto, en otra ocasión, el Papa ha citado a Romero al indicar la difusión del individualismo egoísta y la opción del cristiano por dar la vida poco a poco, casi como un martirio silencioso y abierto a la realidad. (07.01.2015).
“Todos debemos estar dispuestos a morir por nuestra fe, incluso si el Señor no nos concede este honor… Dar la vida no significa sólo ser asesinados; dar la vida, tener espíritu de martirio, es entregarla en el deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en ese silencio de la vida cotidiana; dar la vida poco a poco”.
Monseñor Romero – declarado obispo mártir y beato – fue calumniado en vida y después de su muerte por una parte de la Iglesia salvadoreña ¿Usted cómo vivió ese momento?
“Lo viví a su lado, todavía recuerdo cuantas veces hemos escrito documentos a Roma para decir que esto no era cierto, de esas calumnias, él sufrió en silencio ese martirio permanente y continuó después de su muerte, es lo que el Papa dijo en octubre de 2015: ¡Basta ya, Romero es otra cosa!
Creo que ese acto firme del Papa es muy importante para abrir un capítulo nuevo de ver a un Romero verdadero; hombre de Dios, hombre de Iglesia, hombre que sirve a los pobres, desde el evangelio”.
Monseñor Romero está por encima de ideologías de derecha y de izquierda. Sin embargo, su causa de canonización ha sido politizada y hasta bloqueada…
“Es una historia larga, la conozco al detalle, porque me ha tocado ser un promotor de esta causa…Estoy muy feliz de ver que la verdad se va abriendo camino y esto llena al mundo de felicidad y de esperanza. Romero es un icono del pastor que necesitamos y de la Iglesia que también necesitamos”.