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En los momentos más oscuros, de la tristeza y del dolor, frente a los insultos, elijan el camino de la oración, de la paciencia y de la esperanza en Dios, sin caer en el engaño de la vanidad. Así habló el Papa en la Misa celebrada el 9 de junio de 2017 en la Casa Santa Marta.
No nos dejemos engañar por la “belleza falsa” de la vanidad sino que dejemos entrar en nuestros corazones la “alegría que es de Dios”, agradeciendo al Señor la “salvación” que nos concede.
Esta es la reflexión de Francisco, que parte de la Lectura tomada del Libro de Tobías. Francisco se detiene en particular en la historia “normal” dice, de un suegro y una nuera:
Tobit, el padre de Tobías, que se ha quedado ciego, y Sara, la mujer de Tobías, que fue acusada en el pasado de haber sido responsable de la muerte de algunos hombres.
En manos de Dios
Un pasaje, explica el Pontífice, en el que se ve cómo el Señor lleva adelante la historia y “la vida de las personas, también la nuestra”.
Tobit y Sara, prosigue, han vivido momentos “muy feos” y otros bellos, como en la vida de cualquiera.
Tobit estaba “perseguido, burlado, insultado” por su mujer, que no era una mala mujer, “trabajaba mucho para llevar la casa adelante porque Tobit era ciego”.
También Sara era insultada y sufría mucho. Para los dos eran momentos de mucha oscuridad, pensaban que era mejor morirse.
«Hay que seguir adelante»
“Todos nosotros pasamos por momentos fuertes, desagradables, donde no vemos nada, momentos de dolor y dificultades.
En esos momentos Sara piensa: “’Si yo desaparezco ¿haré sufrir a mis padres?’. Y entonces se detiene y reza.
Tobit piensa: ‘esta es mi vida, hay que seguir adelante’, y reza, reza. Esta es la actitud que nos salva en los momentos más oscuros: la oración.
La paciencia: los dos son pacientes con su propio dolor. Y la esperanza de que Dios nos escucha y nos ayuda a pasar esos momentos oscuros.
En los momentos de tristeza, poca o mucha, en los momentos oscuros: oración, paciencia y esperanza. No os olvidéis de esto”.
Y los momentos buenos, también con Dios
Hay momentos preciosos en su historia. Pero el Papa destaca que no se trata de un “final feliz” de una novela.
“Después de la prueba el Señor se acerca y les salva. Hay momentos bellísimos, auténticos, como este, no esos con una belleza falsa, que todo es artificial, no es la belleza del alma.
Y ¿qué hacen los dos en los momentos buenos? Le dan gracias a Dios, se les ensancha el corazón con una plegaria de agradecimiento”.
¿Distingo mi cruz?
El Pontífice nos exhorta a preguntarnos si en las diferentes etapas de la vida sabemos discernir qué hay en nuestros corazones, comprendiendo que los momentos oscuros son “una cruz y que es necesario rezar, tener paciencia y un poco de esperanza”.
Es importante no caer en la vanidad, porque “siempre está el Señor a nuestro lado”, cuando nos dirigimos a Él en la oración, dándole gracias después por la alegría que nos ha dado.
Sara con el discernimiento ha entendido que era mejor no matarse. Tobit se da cuenta de que “tenía que esperar en la oración, la esperanza y en la salvación del Señor.
Francisco termina:
“Mientras nosotros, este fin de semana, leemos este Libro, pidamos la gracia de saber discernir qué sucede en los momentos más oscuros de nuestra historia y cómo seguir adelante. Y qué sucede con los momentos bellos en los que no tenemos que dejarnos engañar por la vanidad”.