La película nos sitúa frente a una sociedad deshumanizada, solitaria y en la que el ser se ha convertido en algo dependiente de los demás
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Hay películas como Norman, el hombre que lo conseguía todo que a primera vista no parecen ni ser ni ofrecer demasiado. La nueva película del director israelí Joseph Cedar, quien debuta en Estados Unidos con ella, ha contado con Richard Gere como protagonista para un papel que posee todos los elementos necesarios para el actor para lucirse gracias a su complejidad.
Porque Norman es un hombre de negocios, o algo parecido, a quien nunca vemos en su casa, siempre habitando una especie de no-lugar permanente y usando las cafeterías y los grandes almacenes para resguardarse del frío neoyorquino mientras habla por teléfono con sus contactos en busca de conseguir cerrar acuerdos.
Él mismo se define como un hombre que nunca se ahoga, que siempre mantiene la cabeza fuera del agua. Un superviviente, vaya. Busca el gran negocio, pero da la impresión que disfruta más moviéndose, con el proceso de conseguir sus propósitos hasta que por alcanzarlos de manera real. De alguna, vive para los demás aunque persigue su lugar.
A través del personaje de Norman, Cedar desarrolla en Norman, el hombre que lo conseguía todo una compleja trama de afiliaciones políticas, económicas y religiosas judías que ponen de relieve un mundo, el nuestro, mediante un entramado en ocasiones complicado de seguir. Pero apenas importa quiénes son los partícipes, qué es lo que quieren.
Todos se usan entre sí para conseguir sus objetivos, y encuentran en Norman a un hombre siempre dispuesto a decir que sí, a buscar aquello que necesitan. Lo malo es que, al final, cuando la trama se complica y se necesita un cabeza de turco, será precisamente Norman quien se encuentre en medio.
Personaje desesperado a la par que algo inocente, Gere construye un personaje a partir de los gestos, de las miradas, de las acciones. Cedar, por su parte, estructura la película como una farsa casi operística, dejando que la acción fluya sin apenas detenciones, con gran imaginación visual y con un guion cuya complejidad no evita la evolución de los sucesos con un tempo magnífico.
Tan cómica como trágica, la historia de Norman, el hombre que lo conseguía todo nos sitúa frente a una sociedad deshumanizada, solitaria y en la que el ser se ha convertido en algo dependiente de los demás, nunca de uno mismo. Así, Norman existe en tanto a los demás, y poco a poco va descomponiéndose hasta, al final, tomar una grave decisión que, a su vez, posee la lógica de sus impulsos: el hacer todo lo posible para que los acuerdos se cierren. Norman desaparece de la escena, caerá en el olvido, posiblemente, pero al marcharse logra lo que se había propuesto.
Pero si en algo destaca Norman, el hombre que lo conseguía todo y su personaje principal, es en cómo vive en una suerte de desconexión con la realidad, ajeno a su vida, pensando tan solo en los demás y en un éxito que, cuando llega, no es real, como pronto descubrirá. En una secuencia, vemos a Norman mientras todos los personajes que acaba de conocer le piden favores.
En el fondo, es la ensoñación de un hombre que vive en un mundo imaginario, el suyo, en el que él acaba siendo alguien importante. Pero, en el fondo, posee las características de un hombre fragmentado, como la propia película. De un hombre que ha dejado de vivir la vida para introducirse de lleno en un simulacro vital en el que lo que él considera amistad no es más que un mero aprovechamiento de unas personas de otras. En definitiva, un hombre en un mundo deshumanizado.
Ficha Técnica
Título original: Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer
Año: 2016
País: USA
Duración: 117 minutos
Género: Drama. Comedia. Thriller.
Director: Joseph Cedar
Guión: Joseph Cedar
Música: Jun Miyake
Fotografía: Yaron Scharf
Reparto: Richard Gere, Lior Ashkenazi, Michael Sheen, Charlotte Gainsbourg, Dan Stevens, Steve Buscemi,.