Muestran el rastro alegre de San Felipe Neri
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El 26 de mayo, la Iglesia recuerda a San Felipe Neri fundador de la Congregación del Oratorio. Los callejones de Roma tienen aún rastros de su paso alegre y contagioso para tantos jóvenes.
Así, en los distritos alrededor de Santa Maria della Vallicella, la iglesia que desde entonces es la sede general de los padres Filipenses, no es difícil toparse con Virgencitas en donde la virgen está acompañada por san Felipe Neri, su devoto hijo.
La “Virgen de la Concepción” es una de las edicolas (o nichos) más majestuosas de Roma, a pesar de encontrarse en un callejón bastante estrecho, en via del Pellegrino.
Se trata de una composición del siglo XVIII, en estuco, muy fastuosa. El gran tabernáculo contiene la escultura en alto relieve que representa a la Virgen de la Concepción que sostiene y parece casi mostrar a los transeúntes al Niño que bendice. Por encima se eleva una corona sostenida por dos querubines, dentro de la que se puede ver un gran halo con una simbólica paloma. En la base, dentro de un medallón, está representado san Felipe Neri en medio busto.
No lejos de ahí, en la esquina de via Monserrato que da la Piazza Farnese, una bella imagen sobre piedra de pizarra, contenida en un medallón de estuco, representa a la Virgen y junto a ella san Felipe Neri que se inclina para besar el pie del Niño bajo la mirada de la Madre.
La imagen está fechada entre finales del siglo XVI y principios del XVII y está atribuida a la escuela de Barocci, cuyo arte fue particularmente querido por san Felipe Neri. Esta “Virgencita está colocada cerca de san Girolamo della Carità, lugar en que vivió Felipe Neri del 1551 al 1583 y donde se formó el primer núcleo de la Congregación del Oratorio.