Albert Cortina y el antídoto al posthumanismo que viene Lo que hemos venido entendiendo por ser humano hasta el día de hoy va a cambiar radicalmente. En Sillicon Valley, California, ya existe la Universidad de la Singularidad. Se multiplican los institutos y cátedras que estudian el transhumanismo y el posthumanismo.
La hibridación entre ser humano y máquinas crece. Series como Black Mirror ya no son tan ciencia ficción como parecen. Dicen que ya no nos moriremos, y que la ciencia va a superar los límites de la condición humana, especialmente el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte.
Escuchamos al experto Albert Cortina, autor de distintas investigaciones sobre este fenómeno posthumanista. Cortina divide a las personas ante este fenómeno en 4 grupos:
1) Tecnoescéptico: el indiferente, incrédulo y negacionista de esta irrupción tecnológica.
2) Tecnoconservador: el que piensa que conviene frenar regular y prohibir.
3) Tecnoprogresista: esta revolución es imparable y lo mejor es adaptarse a los cambios anticipando soluciones.
4) Tecnoentusiasta: hay que acelerar todos los avances porque la conveniencia de la biotecnología emergente lo solucionará todo.
El abogado y urbanista Albert Cortina lo ha explicado en el Ateneo Universitario Sant Pacià de Barcelona dónde ha reconocido que “la ideología del transhumanismo no es demasiado conocida y arroja incertidumbre de un futuro que no conocemos. De hecho no sabemos quién está visionando y construyendo hoy el futuro”.
“Queremos desarrollar biotecnologías exclusivamente para superar la crisis ambiental y renaturalizar nuestros hábitats y nos preguntamos si tenemos que interactuar exclusivamente con la inteligencia artificial o integrarnos e hibridarnos totalmente con ella”, se plantea Cortina.
“Uno de los riesgos de la modificación tecnológica de la condición humana es perder esta condición”, alerta.
La volatilidad y la incertidumbre son dos tendencias actuales que definen el panorama en el que se ha creado este movimiento transhumanista y posthumanista.
Volatilidad de los sistemas y marcos de referencia en el sentido que el futuro es percibido como un acontecimiento oscuro, se detecta un cierto pesimismo, y el pasado es sistemáticamente olvidado
Por otra parte, incertidumbre del futuro e hiperaceleración de los procesos.
El contexto tecnoeufórico se siente cómodo con el concepto de “deseo”, impregnado por “instantaneidad”, “la cultura de la urgencia”, el “exceso como norma” y el “principio de placer”.
¿Qué quiere superar el transhumanismo?
• Padecimiento
• Enfermedad
• Envejecimiento
• Condición mortal
Nick Bostrom es uno de sus líderes, que defiende el transhumanismo como un movimiento cultural intelectual y científico cuyo deber moral es ayudar, con la tecnología, a la superación de las limitaciones de la enfermedad y la condición mortal.
Una de las premisas transhumanistas es que el ser humano no es el fin de la evolución, sino solo su comienzo.
Ante la inquietud del panorama que se presenta, el experto Cortina propone una recuperación de la visión integral de lo que es el ser humano, porque uno de los riesgos es acabar con la condición humana. Por eso defiende el concepto de perfeccionamiento del ser humano en detrimento del de mejora.
“Venimos de humanismos ateos, existencialistas, ecuménicos… pero al menos eran humanismos y existían valores inherentes al ser humano”, concluye el coautor de ¿Humanos, posthumanos?, editado por Fragmenta Editorial. Cortina es también autor de HUMANIDAD Desafíos éticos de las tecnologías emergentes (Eiunsa, 2016) y SINGULARIDAD. Ética de las tecnologías emergentes en personas con diversidad funcional (Eiunsa, 2016).
La solución es un “humanismo integrador que oriente”, sugiere Cortina, un “sistema de valores humanista revisado en un contexto global y en una ética global”. Y sobretodo, el antídoto es una actitud: “Esperanza”, concluye.
Albert Cortina Ramos (Barcelona, 1961) es abogado y urbanista (UAB y UPC). Es director del Estudio DTUM. Máster en Estudios Regionales, Urbanos y Metropolitanos (UAB), asesora a gobiernos y a agentes privados en la implementación de políticas y de instrumentos de regulación, de planificación y de gestión de la ciudad, del territorio y del paisaje