¿Eres estudiante y no puedes mantenerte despierto las primeras horas de clases? ¿Eres profesor y estás cansado y frustrado porque algunos alumnos se duermen en clases? Un estudio reciente de una universidad en el Reino Unido ha tratado de responder a estas preguntas.
Los investigadores hicieron encuestas a 190 estudiantes de secundaria (liceo). Llegaron a la conclusión de que las universidades comienzan demasiado temprano, a las 8 de la mañana, y que el horario ideal que las clases comenzaran más tarde, de 10 a 11 de la mañana.
La razón es que la gente tiene diferentes “relojes internos”, hay algunos que son como “pájaros tempraneros” y otros “lechuzas noctámbulas”. Y en esta encuesta, las “lechuzas” superaban a los “pajaritos”. Esto quiere decir, analizando la relación entre el sueño y el funcionamiento cognitivo desde la perspectiva de la neurociencia, que hay una razón biológica para que la mayor parte de las personas tengan dificultad para concentrarse a primera hora de la mañana.
Por eso, ya hay escuelas que se están planteando el problema de cambiar el horario de comienzo de clases para que los estudiantes tengan un mejor desempeño. Este cambio mejoraría también la salud, ya que estos horarios, por decir así, “impuestos” para el cuerpo humano, pueden causar más estrés a los estudiantes del que ya provoca la propia responsabilidad de aprender y tener un buen rendimiento académico.
Hay varios que países que en las escuelas tienen doble turno, uno por la mañana y otro por la tarde. Esto es de gran ayuda no sólo para el estudiante, sino también para los padres cuando los hijos son menores, ya que la elección del turno se puede adecuar mejor al trabajo o al estilo de vida que se lleva en la familia.
Descubrir si uno es “lechuza noctámbula” o “pájaro tempranero” es fundamental para determinar cuál es el horario en el que podrá rendir más a la hora de estudiar. Aunque, según este estudio, parece que la balanza se inclina más a considerar que la noche es el momento en el que se rinde más.
¿Mejor de noche o de día? Cada fase horaria tiene sus ventajas. Pero hay una serie de consejos que pueden ayudar aún más a aprovechar al máximo tus horas de estudio de manera eficiente:
1. Prepara tu material de estudio: controla si tienes todo el material y divide la cantidad de páginas en los días que tienes para estudiar.
2. Establece una rutina: Si decides estudiar por la noche, no lo hagas de forma esporádica. Establece una rutina de estudio todos los días; de esta forma tu cuerpo se acostumbrará a ello y podrás sacarle más rendimiento.
3. Iluminación: Cuida tu zona de estudio e iluminarla correctamente. Una luz poco intensa puede ser dañina para tus ojos, y seguramente te puede provocar somnolencia.
4. Mantén las distracciones alejadas: no estés cerca de la televisión, aleja celular y redes sociales, la mayor distracción en nuestros tiempos.
5. Controla el tiempo y haz pequeñas pausas: Descansa cada 50-60 minutos y haz algo que te sea placentero durante 10 minutos: tomar un café con un amigo, jugar con tu mascota, una pequeña caminata, etc.
6. Descarta la memorización literal y lineal: Una investigación publicada en la revista Science analizó 3 métodos comúnmente elegidos para estudiar: memorizar y repetir, dibujar diagramas y esquemas, y hacer evaluaciones y exámenes para comprobar si has aprendido. Esta última fue la más eficaz, pues mejora el volumen de aprendizaje hasta en un 50%.
7. Crea mapas mentales: Los mapas mentales son una de las mejores formas de recordar la estructura de un contenido.
8. Explícale la lección a otra persona: eso mejorará tu capacidad de oratoria, también te servirá para autoevaluarte, detectar puntos que creías aprendidos, pero que todavía necesitan un poco más de estudio.
9. Música para inspirarte y relajarte: lo mejor es la música clásica o puedes encontrar en
música que ayuda a la concentración.
Hoy celebramos a...