Gamberrada a ritmo de punk para una brillante y renovada adaptación de la película originalUna cosa es clara: los ingleses saben hacer series. Cámaras lentas, guiones creativos, banda sonora rock y punk, estética vídeo clip, personajes cafres. Y así escena tras escena con un ritmo altísimo. Alta tensión con un reparto de talento.
Divertida, irreverente, necesaria, y elegante a la vez, Snatch es la adaptación televisiva del filme de Guy Ritchie Snatch, cerdos y diamantes (2000). No es un remake. Repito: no es un remake; es una adaptación. Los continuos flashback al pasado son lo más parecido al film de Ritchie. Pero la estética y el argumento se adaptan al público de hoy. Vaya, que es Snatch a los 20 años de Snatch. Dos generaciones en la misma serie que remiten a lo viejo y a lo nuevo.
Imagen actual, fresca, fotografía eléctrica, música más que adecuada al contenido. Y todo con fidelidad al espíritu Ritchie, el ex de Madonna y uno de los mejores creadores de thriller e intriga. Si en Ritchie se ve la sombra de Tarantino, en Snatch se ve la sombra de Richie; y así, por regla transitiva, llegamos a ver también algo de Tarantino en esta serie para amantes de la comedia negra y del thriller de gánsteres.
Snatch es una remitificación de los cacos y la mafia urbana a través de la típica familia de ladrones carismática. Es fácil empatizar con la banda de ladrones jóvenes, una suerte de ninis de la estafa. Como la generación de jóvenes nini, esos que ni estudian ni trabajan, los protagonistas de la serie ni trabajan ni estudian ni saben robar como Dios manda.
El argumento sigue a un grupo de jóvenes de veinte y tantos que tendrán que lidiar con estafadores y policías corruptos. Albert (Luke Pasquialino, el de Skins) es el hijo de Vic Hill (maravilloso Dougray Scott), un antiguo mangui de bancos, que cumple 15 años de condena. Albert se dedica a los trapicheos con sus amigos Billy, boxeador amateur con problemas de autoestima, y Charlie, un pijo que necesita marcha y alardear ante todos (Rupert Grint, ese Ron Weasley de Harry Potter).
La tríada quiere hacerse un hueco en la ciudad, y vivir de renta. Lo irán probando hasta seguir los pasos del gran Vic: robar un furgón repleto de lingotes de oro. Sin embargo, no han calculado lo que implica sobrellevar el atraco y escapar de las múltiples novias que tiene el botín. En el mundo de las grandes estafas y del crimen organizado, tres palurdos engreídos y niñatos lo van a tener mal, sobre todo cuando descubran a quién han robado en realidad ese oro. En los tiempos de youtubers que suben atracos a la red, el golpe se acabará convirtiendo en un lío de bandas y familias que irá cogiendo una escala internacional.
Snatch no es Gomorra ni su drama, ni Peaky o su herida, tampoco es Los Soprano, aunque tenga un poco de todas. La propuesta de Alex De Rakoff es una imagen del crimen humanizada y actualizada con iPhones, con ritmo de Ocean’s y la postproducción de Sherlock. Una aproximación y crítica a mitología del ladrón a través de una generación perdida, en el que ni la educación (Albert), ni el dinero (Charlie), ni la violencia y el afecto (Billy) permiten sostenerse. Aquí no hay excusa, no hay explicación sociológica: todos están mal, incluidas las chicas que se añaden a la banda, e incluidos los judíos ortodoxos que adoran los diamantes por encima de su Dios.
Snatch es un golpe en el estómago que te provoca la carcajada y la autocrítica. Sí, estamos mal: no hay en Occidente donde agarrarse, y la violencia o la puerta trasera no son soluciones a nuestros males. Ahí está la mujer de Vic, la madre de Charlie, auténtica flor en la maleza, recordando que no quiere volver a vivir esos 15 años de separación. Que quiere a su familia. ¡Que basta ya de ir cada uno a la suya!
Acierta Crackle, la pataforma de streaming norteamericana, propiedad de Sony, apostando por contenido original y creativo, de alta factura visual. A su Start Up, con Morgan Freeman, se añade ahora esta interesante producción. Vean Snatch y pregúntense si la caza del Dorado, o de todo el oro del mundo, no es más que un lío interesante que no lleva a ningún lugar.
Ficha Técnica
Año: 2017-
País: Reino Unido
Director: Lawrence Gough, Nicholas Renton, Geoffrey Sax
Guión: Alex De Rakoff, David Harris Kline, Jason Kaleko, Beanie Brownjohn, Chris Gorak, Simon Spurrier (Personajes: Guy Ritchie)
Música: Christian Lundberg
Fotografía: John Lee
Reparto: Rupert Grint, Luke Pasqualino, Lucien Laviscount, Marc Warren, Stephanie Leonidas, Phoebe Dynevor, Juliet Aubrey, Tamer Hassan, Dougray Scott, Ian Gelder, Claire Cooper, Vincent Regan, Johann Myers, Ed Westwick, Duncan Clyde, David Bamber
Duración: 60 min.
Género: Comedia criminal
Clasificación: No recomendada para menores de 17 años