El Pontífice en la audiencia a los enfermos de Huntington, acompañados por sus familiares, médicos e investigadores alentó a no dejarlos solos…El papa Francisco apoyó el trabajo de genetistas y científicos que se dedican a desde hace tiempo al estudio y la búsqueda de una cura para la enfermedad mortal de Huntington. Pero, advirtió, sin llegar a considerar métodos que atentan, paradójicamente, contra la vida desde sus inicios como en el caso de los embriones humanos.
Lo hizo este jueves 18 de mayo de 2017 en el Aula Pablo VI del Vaticano al recibir en audiencia a un grupo de 2000 pacientes, familiares, especialmente venidos de Sudamérica, lugar de mayor prevalencia de la enfermedad de Huntington (HD), mal genético que afecta a 2,7 personas por cada 100.000 en todo el mundo, la mayoría en Nuevo Continente.
Así invitó a los investigadores a no caer en la que llama la “cultura del descarte” que también se la puede insinuar en la “investigación científica” en la búsqueda de soluciones a ‘enfermedades raras’.
“Algunas líneas de investigación, de hecho, utilizan embriones humanos provocando inevitablemente su destrucción. Pero sabemos que ningún fin, aunque en sí mismo sea noble ―como la posibilidad de una utilidad para la ciencia, para otros seres humanos o para la sociedad―, puede justificar la destrucción de embriones humanos”, dijo Francisco.
El tema del encuentro de hoy en el aula Pablo VI: ‘Oculta Nunca Más’. Se trata de una ocasión para sensibilizar y evitar la discriminación de los enfermos de HD, un trastorno cerebral genético incurable y hereditario.
“Vergüenza, ignorancia social, superstición; un flagelo que golpea a toda una comunidad”, explicó Elena Cattaneo, senadora italiana y científica de la Universidad de Milán, en sus palabras ante el Pontífice y la asamblea.
Las familias con HD son estigmatizadas y marginadas. “Para Jesús, la enfermedad nunca ha sido obstáculo para acercarse al hombre, sino todo lo contrario. Él nos ha enseñado que la persona humana es siempre valiosa, que tiene siempre una dignidad que nada ni nadie le puede quitar, ni siquiera la enfermedad. La fragilidad no es un mal. Y la enfermedad, que es expresión de la fragilidad, no puede y no debe llevarnos a olvidar el inmenso valor que siempre tenemos ante Dios”, sostuvo el Papa.
“También- agregó- la enfermedad puede ser una oportunidad para el encuentro, la colaboración, la solidaridad”.
Los enfermos de HD no pasan desapercibidas debido que tienen movimientos incontrolados, irregulares, rápidos y espasmódicos, llamados corea, y problemas de aprendizaje, perdida de memoria y flexibilidad mental.
Incluso existen casos de suicidios entre los pacientes y familiares. Los enfermos pueden sufrir depresión y ansiedad.
Foco de la enfermedad en Sudamérica. HD se encuentra en varios lugares del planeta, pero existe un predominio en Sudamérica. Especialmente en algunas zonas de Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil. En los países occidentales, se calcula que alrededor de cinco a siete personas por cada 100.000 padecen la enfermedad.