Fallece el famoso vocalista de Soundgarden y Audioslave
Chris Cornell, vocalista de míticas bandas como Soundgarden y Audioslave ha muerto a los 52 años de edad. El cantante se definía como agnóstico, pero su vida y su historia religiosa estaba marcada por su juventud.
En un artículo publicado por Catholic Link se explica cómo aún siendo ateo seguía rezando, ha interpretado el Ave María e incluso le cantaba a la Eucaristía.
Recordamos este texto y su canción Like a Stone. En ella, como explica el artículo cuenta la historia de un hombre al final de su vida mientras lee “un libro” que es sospechosamente similar a las Escrituras.
Texto del artículo
En su juventud Chris Cornell fue a una escuela católica, pero tras esa experiencia no se ha acercado realmente a ninguna religión. Y, sin embargo, prestando atención a sus textos, se nota su uso no precisamente esporádico de elementos religiosos.
Por ejemplo en la canción Black Hole Sun escribe: “Y rezo para conservar mi juventud. Cielo, manda lejos al infierno. Nadie cantará como tú”.
En la canción Show Me How to Live, declara: “Alguien consígame un sacerdote para poner mi mente en calma. Este sonido en mi cabeza. ¿Es esta la cura o es una enfermedad?”.
Además, en algunas ocasiones, ha incluso interpretado magistralmente el Ave María.
Pero lo que más hace reflexionar es que en su canción Like a Stone cuenta la historia de un hombre al final de su vida mientras lee “un libro” que es sospechosamente similar a las Escrituras.
Mientras el hombre lo lee siente un tremendo remordimiento – no sólo por lo que se ha equivocado, sino por todo lo que ha “bendecido” y que no habría debido (una intuición brillante).
Aunque la referencia a la Eucaristía en esta canción es sutil, al mismo tiempo es potente:
“En mi lecho de muerte rezaré
a los dioses y ángeles.
Como un pagano, a cualquiera
que quiera llevarme al cielo,
a un lugar donde renovarme.
Estuve allí largo tiempo.
El cielo sangraba
Y tú me dejaste. En tu casa quiero estar”.
Veraz frente a sus dudas y también abierto al Señor y a su venida, describe muy bien el deseo que una persona podría tener al final de su vida.
Como un pagano justo, él espera la venida de su Señor, alguien con quien “desea” cenar. Es decir, a pesar de su declarada ambivalencia en relación con la Iglesia, escoge una imagen que asemeja mucho a algo de su pasado: un tenue, aunque vívido, recuerdo de infancia de la Eucaristía.