Esta es una de las oraciones que el papa Francisco quiso rezar durante su viaje a Fátima. Son unas palabras para dirigirse a María pidiéndole cambiar el mundo siguiendo la estela de los pastorcitos a los que ella se apareció en Fátima:
¡Oh clemente!, ¡Oh piadosa!,
Oh dulce Virgen María,
Reina del Rosario de Fátima
Haznos seguir el ejemplo de los bienaventurados
Francisco y Jacinta, y de todos los que se entregan
al mensaje del Evangelio.
Recorreremos así, todas las rutas,
seremos peregrinos de todos los caminos,
derrumbaremos todos los muros
y venceremos todas las fronteras,
saliendo hacia todas las periferias,
revelando ahí la justicia y la paz de Dios.
Seremos, en la alegría del Evangelio,
la Iglesia vestida de blanco,
de albura blanqueada en la sangre del Cordero
derramada en todas las guerras
que destruyen el mundo en que vivimos.
Y así seremos, como Tú,
imagen de la columna luminosa
que alumbra los caminos del mundo,
mostrándoles a todos que Dios existe
que Dios está,
que Dios habita en medio de su pueblo,
ayer, hoy y por toda la eternidad.