Más reservas de agua y más bosques; una oportunidad que devuelve la fe a Perú Una reserva de 500 millones de metros cúbicos de agua, es lo que deja el último desastre natural que tuvo que afrontar el Perú. ¿Puede una desgracia llevar consigo un mensaje positivo?
La posibilidad de conseguir más árboles frutales, mejores cosechas y diversidad de pastizales, son algunas secuelas que el “Niño costero” sembró en el país. Aunque no lo parezca, el evento climático ha traído enormes beneficios para los peruanos.
Los reservorios del país, sobre todo en el norte, presentaban un preocupante desabastecimiento por un déficit de lluvias. Este era el panorama antes de las abundantes precipitaciones, propias del fenómeno climático.
Esperanza en medio del desastre
Pese a haber sido considerado uno de los más destructivos de las últimas décadas, el “Niño Costero” regala un tiempo de verdor para Perú. Más de 114 víctimas mortales, más de 185.000 personas damnificadas, 242.000 viviendas afectadas o inhabitables es el resultado. Pero en medio de la crisis, de forma misteriosa, surge el desarrollo. La necesidad de reconstruir para generar cambio.
“Los embalses se empezaban a llenar cuando ya se produjeron las lluvias”. Entonces las cosechas estaban en peligro. Sin embargo, la mayor parte de estas reservas hoy garantizan el riego y las grandes cosechas que se inician en el mes de diciembre. Este es el análisis del ingeniero integrante de la Autoridad Nacional del Agua ( ANA) Freddy Flores.
Verde en Perú
Los agricultores por ejemplo en la zona de la costa ya empiezan a manejar lo que se conoce como “campaña chica” (para referirse a la cosecha de medio año) para el especialista los sembríos y la producción agraria está asegurada.
En los últimos años los proyectos de agro exportación que se iniciaron en Piura fueron desapareciendo justamente por escasez de precipitaciones pluviales y reservas, ahora se verán beneficiados. Para los expertos el año 2017 en materia de producción de arroz se incrementará hasta en un 30% de manera especial.
De esta forma, según los especialistas, el Perú cuenta con una reserva de agua hasta diciembre, mes en el que empieza el ciclo de lluvias de estación. “La reserva alcanza para darles agua a 100 mil hectáreas”, se afirma según diario local peruano.
Agua en abundancia
Cuando se avizoraba un desgaste de los recursos subterráneos de este líquido elemento, que se recogen muchas veces de los pozos tubulares, las reservas empezaron a crecer. Este recurso adicional que tienen los valles para irrigar en Ica, región sur del país (recursos acuíferos), están recargados según los expertos.
Ahora se inicia una etapa de estudios para saber con cuánta reserva de agua cuenta el país, para generar este recurso. Otro aspecto positivo se avizora en el sector forestal. Gracias a las lluvias, los bosques han recuperado su vitalidad, luego de un periodo de 19 años de ausencia de lluvias. Algunos árboles estaban debilitados por estrés hídrico, ahora están reverdeciendo según lo detalla el ingeniero Juan Otivio Meza, administrador técnico del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) de Piura.
Cerca de 40.000 familias viven directamente de su aprovechamiento, dedicados a la ganadería o reforestación. Estas familias viven directamente de su aprovechamiento. Los bosques verdes contribuirán a la economía familiar de esta población. Al haber más árboles, existe mayor floración, mejor producción de miel y derivados, etc.
En suma el “Niño costero” ha resultado como una oportunidad para el país. Más allá de fortalecer los lazos de solidaridad entre los peruanos, ha hecho posible que el Estado demuestre su capacidad para reactivar la productividad. No todo ha sido malo. Este fenómeno ha traído lecciones que deberán ser aprendidas.