El Pontífice recuerda 50º aniversario de la encíclica “Populorum progressio”: El desarrollo no se reduce a un mero crecimiento económico”
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El papa Francisco ha reivindicado que el cristianismo contribuye a lograr un desarrollo armónico del hombre en sintonía con el cuerpo y el alma; desde “la inclusión, las relaciones, la dignidad y la libertad”.
Un desarrollo “que integra la economía, las finanzas, el trabajo, la cultura, la vida familiar y la religión”. Cada elemento, sin exclusión, hace parte del “concepto de desarrollo humano integral”.
Lo hizo en el Aula del Sínodo, durante la audiencia a los participantes en el congreso con motivo del 50 aniversario de la encíclica “Populorum progressio” , que ha tenido lugar en el Vaticano del 3 al 4 de abril.
Sucesivamente, utilizó una metáfora musical: “La vida humana es como una orquesta que suena bien, si los diferentes instrumentos se armonizan y siguen una partitura compartida por todos”.
La Doctrina Social de la Iglesia destaca que el desarrollo no es sólo económico. “Ya Pablo VI (1967) escribió que el desarrollo no se reduce a un mero crecimiento económico (cf. n. 14); el desarrollo no consiste en tener cada vez más bienes a disposición para un bienestar puramente material”, añadió.
En este sentido, remarcó que el desarrollo es “integrar cuerpo y alma”, y está en el lugar donde Dios “habla a nuestros corazones”, dijo ante el pleno del Congreso organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.
En este contexto, vuelve a insistir en el significado del verdadero desarrollo integral de la persona. Así, recordó al beato Pablo VI, quien escribió sobre el significado del “desarrollo integral” (cf. n. 21), y fue él quien propuso la fórmula sintética y afortunada: “de todo hombre y de todo el hombre” (n 14 ).
En línea con la Encíclica de papa Montini, Francisco reveló que el desarrollo es “integrar los diferentes pueblos de la tierra” a través de la “solidaridad”.
Entretanto, instó para que “que no haya esa dramática desigualdad entre los que tienen mucho y los que nada tienen, entre el que descarta y el que es descartado”. “Nadie está excluido de aportar algo por el bien de todos. Esto es a la vez un derecho y un deber”.
El Papa atacó las ideologías y los poderes políticos que “han aplastado a la persona, la han masificado y privado de esa libertad sin la cual el hombre ya no se siente hombre”.
“En esta masificación – continuó – están también interesados poderes económicos que quieren explotar la globalización, en lugar de fomentar un mayor intercambio entre los hombres, simplemente para imponer un mercado global del que ellos mismos dictan las reglas y cosechan los beneficios”.
La familia, la comunidad ayudan a crecer el individuo. El “yo” y la comunidad no compiten entre sí, pero el “yo” puede madurar sólo en presencia de relaciones interpersonales auténticas y la comunidad es generadora cuando lo son todos y cada uno de sus componentes”.
De ahí que “esto se aplica todavía más a la familia, que es la primera célula de la sociedad y donde se aprende a vivir juntos”.
Por último, el Obispo de Roma exhortó a seguir el modelo del desarrollo “integral” de Jesucristo; el servicio a los más débiles y los más necesitados.
“Así, la manifestación de Dios en Cristo – incluyendo sus gestos de curación, de liberación y de reconciliación que hoy estamos llamados a proponer de nuevo a los muchos heridos al borde del camino- indica la senda y la manera del servicio que la Iglesia quiere ofrecer al mundo”.
“La Iglesia no se cansa de ofrecer esta sabiduría, y su obra al mundo, consciente de que el desarrollo integral es el camino del bien que la familia humana está llamada a recorrer”, abundó.
Por otro lado, durante su discurso de hoy, Francisco agradeció al cardenal Turkson por sus palabras de bienvenida y la labor del Congreso a favor de la promoción humana y del bien común. “Ha sido un modelo de camino, con paz, creatividad, consultas; realmente un modelo de construcción eclesial: gracias, Eminencia”.
Ya en el pasado, Papa Francisco había insistido en una alternativa real al desarrollo propuesto por las grandes ideologías.
Por lo cual, había dicho en una entrevista al diario Il Messaggero de Roma que la bandera de los pobres y los necesitados era del cristianismo y no del marxismo (29.06.2014).
Además, de criticar de manera implícita al capitalismo salvaje que profesa su fe política en el trickle down, es decir en favorecer a los ricos, pues si ellos ganan más, el bienestar resbalará hacia los pobres, ‘por goteo’, para todos. (04.02.2017)