Del 20 % al 30 % de la población padece trastornos de sueño, según un estudio hecho en Francia por el Inserm, el Instituto nacional francés de la salud y de la investigación médica. No hay duda de que los somníferos son una solución eficaz, pero pueden provocar somnolencia y desarrollar tolerancia.
Los aceites esenciales, sin efectos secundarios, son una alternativa natural a los medicamentos. Pero, ¿cuáles elegir y cómo utilizarlos? Aclaraciones de Guillaume Gérault, director de la Escuela francesa de aromaterapia integrativa (E.F.A.I.).
¿Por qué los aceites esenciales nos ayudan a dormir mejor?
Para comprender el principio del funcionamiento de los aceites esenciales sobre los mecanismos del sueño, tenemos que examinar nuestro sistema nervioso, explica Guillaume Gérault. “Tenemos dos sistemas nerviosos. Por un lado está el sistema nervioso central, que toma las decisiones: decido rascarme la cabeza, por ejemplo.
Luego tenemos un sistema nervioso vegetativo, autónomo, que gestiona el conjunto de todos los órganos. Este sistema se divide también en dos partes, una “aceleradora” y otra “ralentizadora”. La aceleradora se conoce como simpática y se ocupa de la activación del organismo, mientras que el parasimpático se encarga de la relajación, el reposo, el sueño y la recuperación”.
Los aceites esenciales eficaces en la lucha contra los trastornos de sueño son los que contienen moléculas que favorecen el sistema nervioso parasimpático.
¿Qué aceites esenciales sirven para volver a dormir bien?
Las moléculas más activas a la hora de estimular el sistema parasimpático y acceder a la relajación y al reposo son los ésteres, indica Guillaume Gérault. Se encuentran sobre todo en el aceite esencial de naranja amarga, que tiene propiedades calmantes, relajantes e incluso antidepresivas.
Para usarlo inhalado, vierta dos o tres gotitas sobre un pañuelo sobre el que respirar. Evite aplicarlo directamente sobre la almohada, advierte Guillaume Gérault. “No es peligroso, pero imagine que se cansa del olor al cabo de dos horas, ¿qué hace entonces con la almohada?”.
Puede usarlo también en el baño, con una docena de gotas mezcladas en un puñado de gel de ducha o de gel con base de glicerina. No lo vierta directamente en la bañera porque el agua y el aceite no se mezclan.
También pueden difundirlos por el interior de la casa o el dormitorio, unos diez minutos antes de ir a dormir, para disfrutar de su efecto relajante.
El aceite esencial de lavanda contiene también muchos ésteres. Tiene más un efecto antiespasmódico, pero también es tan calmante y sedante como la naranja amarga, según explica Guillaume Gérault. Así que es un aceite perfecto para combatir la irritabilidad, el estrés, el nerviosismo, que a menudo son el motivo de los problemas para dormir. Al igual que la naranja amarga, el aceite esencial de lavanda puede utilizarse por inhalación, en el baño o por difusión.
También está el aceite esencial de naranja dulce, que posee propiedades contra la tristeza y la melancolía, así que nunca está de más. Este aceite se utiliza por inhalación o por difusión.
Por último, el aceite esencial de manzanilla alemana o matricaria chamomilla, favorece la distensión y la relajación rápida del sistema nervioso. El precio de este aceite es bastante elevado, así que Guillaum Gérault aconseja utilizarlo sobre todo en inhalación.
¿Qué precauciones hay que tomar con los aceites esenciales?
Si se utilizan correctamente, los aceites esenciales mencionados anteriormente no son en absoluto peligrosos, afirma Guillaume Gérault. No obstante, conviene mantener ciertas precauciones de uso:
– siempre lavarse las manos después de manipular un aceite esencial
– nunca utilizarlos sin mezclar en el baño
– no difundir aceites esenciales en presencia de niños pequeños
– no utilizar aceites esenciales durante el embarazo o la lactancia
Sin embargo, cuidado también con hacer generalizaciones. Las precauciones de uso varían de un aceite a otro. De modo que, si tienes pensado utilizar algún aceite esencial distinto de los aconsejados antes, no olvides informarte bien sobre los potenciales riesgos y las respectivas precauciones para poder disfrutar de sus beneficios de forma segura.