El Pontífice visita zona de Italia afectada por terremotos en 2012El Papa miró a la población de Carpi que se levantó de la calamidad del terremoto y les dijo: “Queridos hermanos y hermanas, también nosotros estamos invitados a decidir de qué parte estar. Se puede estar de parte del sepulcro o se puede estar de parte de Jesús”.
El Pontífice visitó este domingo 2 de abril la ciudad de Carpi, en la región italiana de Emilia-Romaña, para llevar esperanza a las zonas afectadas hace cinco años por varios movimientos telúricos que causaron 26 muertos y destruyeron el centro histórico.
“Hay quienes se dejan encerrar por la tristeza y quien se abre a la esperanza. Hay quienes se quedan atrapados en las ruinas de la vida, y quienes, como ustedes, con la ayuda de Dios, reconstruye con paciente esperanza”, añadió.
“La vida siempre vence” es el lema de la reapertura de la catedral de Carpi el 26 de marzo de 2017 creada en el año 751. Allí, momentos antes de la misa, en el Duomo, el Papa rezó en privado delante de la estatua de la Virgen y el llevó un ramo de flores.
Sucesivamente, saludó a los obispos de la región presentes, y se detuvo a conversar con el cadenal Caffarra, arzobispo emérito de Bolonia, quien firmó el dubia junto a otros cuatro purpurados para pedir clarificaciones al Pontífice sobre Amoris Laetitia.
El Papa afirmó en su homilía que nuestra alma está creada para la vida y sufre “sintiendo que su sed de eterno bien es oprimido por un mal antiguo y oscuro”. La derrota de la sepultura por un lado, “pero de la otra parte está la esperanza que vence la muerte”.
“Jesús no trae un poco de bienestar o algún remedio para alargar la vida, pero proclama: “Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí aunque muera, vivirá”. Por ello dice: “quiten la piedra” y a Lázaro grita con voz fuerte: “Sal fuera” añadió.
En este contexto, invitó a reflexionar sobre “el último de los signos milagrosos que Jesús realiza antes de su Pascua, en el sepulcro de su amigo Lázaro”.
“No nos dejemos aprisionar por la tentación de quedarnos solos y desesperanzados sintiendo lástima por nosotros mismos por lo que nos sucede; no cedamos a la lógica inútil y no concluyente del miedo, repitiendo resignados que todo está mal y nada es como antes”.
Por último, exhortó: “Visitados y liberados por Jesús, pidamos la gracia de ser testigos de vida en este mundo que tiene sed, testigos suscitan y resucitan la esperanza de Dios en los corazones cansados y abrumados por la tristeza”.
Nuestro anuncio es la alegría del Señor viviente, que aún hoy dice, como a Ezequiel: “Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel” (Ez 37,12)”, afirmó.
El Papa habló del ‘Dios de la vida’ en su visita apostólica, repitiendo el gesto de sus predecesores san Juan Pablo II y el papa Benedicto XVI, quien visitó la población golpeada por la calamidad apenas un mes después del sismo de 2012.
Desde el helipuerto del Vaticano, el Pontífice latinoamericano llegó a las 8.15 de la mañana al campo de Rugby de Carpi, recibido por el obispo Francesco Cavina y por las autoridades civiles. En el rezo mariano del Ángelus Papa Francisco recordó las poblaciones de Mocoa en Colombia y Congo. Sucesivamente, encontrará en la tarde (15.00) el clero local.
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