Celebrada este año 2017 el 23 de marzo, la Media Cuaresma marca, como indica su nombre, la mitad de este tiempo de abstinencia anterior a la Pascua, que antiguamente se observaba muy estrictamente (incluso los huevos estaban prohibidos, ¡cada día!).
Así, históricamente, en este tercer jueves de Cuaresma, parecido al Jueves Lardero, vaciaríamos nuestras reservas para no echar a perder ningún huevo, que no puede conservarse más de 20 días. Esto llevó al hábito de hacer bizcochos, pasteles y otros dulces. Entonces, para los siguientes 20 días renovaríamos nuestro stock de huevos en preparación para las celebraciones de Pascua.
Hoy en día, las regulaciones para el ayuno y la abstinencia cuaresmal son menos rigurosas. Además tenemos neveras para mantener frescos nuestros huevos, y están disponibles fácilmente en nuestros supermercados locales o mercados de granjeros a demanda. Así, con los años la Media Cuaresma ha perdido su significado.
Sin embargo, aunque ya no somos todos tan estrictos con nuestros hábitos de ayuno, la Iglesia de nuestros días reconoce este periodo intermedio. En la liturgia, el cuarto domingo de Cuaresma, la Iglesia hace una pausa con sus vestimentas liturgias cuaresmales moradas (el color de la penitencia).
Este día, los sacerdotes tienen la oportunidad de llevar vestimentas rosas (una mezcla de morado y blanco): siendo el color del amanecer, ofrece una visión de la alegría que estamos preparando para la venida de la resurrección de Jesús. Es conocido como Domingo Laetare, del latín “alégrate”.
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