Opta por un discurso asertivo y un atuendo que inspiren fuerza y respetoNo se trata de ser feminista, es un hecho que para la mayoría de las mujeres es más difícil pedir aumento de sueldo. Podemos tener las mismas responsabilidades (o más) que un hombre y no tenemos la misma remuneración.
Por supuesto, tus argumentos son los que serán decisivos para que te paguen ese dinero extra que demandas, pero la forma en la que vayas vestida también podría ayudarte.
Como reza el famoso dicho: “Vístete para el trabajo (en este caso salario) que quieres, no para el que tienes”.
Tu atuendo debe expresar que eres una persona valiosa para la empresa y que lo has demostrado en todo este tiempo con tus acciones, pero al mismo tiempo debe decir que te encanta lo que haces y por eso eres leal y quieres continuar con ellos en un futuro.
Sí, suena como una carga demasiado grande para un par de piezas, pero sí se puede lograr y así es cómo:
- Un traje
Por supuesto esto puede variar según el código de vestimenta de tu trabajo. Cuando digo traje puede ser tanto de pantalón como de falda (que no sea demasiado corta para dar otra impresión) y puedes jugar con el tipo de telas según el tipo de profesión que desempeñas y tu personalidad.
Lo más importante es que el atuendo te ajuste a la perfección: todo bien planchado, los dobladillos bien tomados, nada de hilos sueltos o pelusas y que no se hagan pliegues donde no se debe. Debe ser un conjunto de prendas perfectamente coordinadas que inspiren fuerza y respeto. En cuanto al color, los tonos más recomendados son gris y negro porque implican negocio y formalidad, pero cualquier tono neutro también te irá muy bien, así que elige con el que te sientas más segura porque crees que te hace lucir mejor.
- La camisa o blusa
Como las piezas del traje son como el caparazón, con la blusa puedes jugar un poco más y optar por telas más suaves y coloridas (aunque sin exagerar con los estampados porque pueden terminar convirtiéndose en un elemento de distracción). Si prefieres optar por lo seguro con una camisa de botones, no la abroches por completo porque da la impresión que eres una persona poco flexible, pero tampoco sueltes más de dos botones porque sería inapropiado.
- Los accesorios
Menos es más… ¡esa es la clave! No utilices piezas que hagan ruido o que sean demasiado llamativas como para que tu jefe se quede viéndolas en lugar de escuchar lo que le tienes que decir. Algunos expertos también recomiendan añadir un toque de rojo (como unos zarcillos o pañuelo) porque es señal de poder.
- Los zapatos
Recomiendo 100% tacones. ¿Por qué? Cuando caminas con tacones tu postura cambia y son capaces de empoderarte. Utiliza ese par que te hace andar más erguida y segura de ti misma.
Eso sí, esto no quiere decir que vas a usar los mismos que te pondrías para irte de fiesta, así que recuerda buscar unos cerrados y de diseño clásico que también te hagan lucir profesional.
- Toques finales
El peinado y el maquillaje también son muy importantes. No tienes por qué ir al salón pero sí, esmérate un poco más con el secador en casa o hazte una cola de caballo alta pero bien prolija. El maquillaje mantenlo sencillo y seguro, no inventes probar ningún producto ese día ni exageres con las cantidades. Puedes usar perfume pero muy poquito y busca que sea una fragancia muy suave y floral que no invada.
Pero recuerda, lo más importante es que organices bien lo que vas a decir y escojas el momento más apropiado para hacerlo (según los expertos, es preferible en la tarde que en la mañana).
Haz una lista con tus logros más destacados de los últimos meses y enséñale a tu jefe que no sólo cumples con las responsabilidades de tu cargo sino que eres una persona proactiva e importante para la empresa para cumplir sus grandes objetivos.
Tienes que ser asertiva pero no arrogante. Piensa también en un Plan B en caso de que el aumento de sueldo no sea posible: que te den un nuevo cargo, más días de vacaciones o que te paguen algún curso de especialización en el que estés interesada.
Saca a esa guerrera que tienes dentro de ti y ve convencida de que tu esfuerzo merece ser recompensado.
¿No logras el aumento? No te desanimes, sigue esforzándote y vuelve a intentarlo en otra oportunidad; o quizá simplemente verás que es hora de buscar otro empleo y tener un cambio positivo en tu vida.
¡Mucha suerte y que nunca nadie te haga dudar lo que realmente vales!