Ofrécele a Dios tu esfuerzoEl tiempo de Cuaresma es un tiempo de gracia y conversión que Dios nos concede. Son 40 días que podemos hacer muy productivos para nuestra vida espiritual y crecimiento interior. No solo trata de cumplir ritos externos y anticuados, trata de conducir nuestro corazón y nuestra vida hacia el Señor. Implica mucho más que un arrepentimiento o una clara conciencia del mal hecho. La conversión es emprender un nuevo camino bajo la misericordia de Dios, y sin dejar de ser uno mismo.
Acá les dejamos algunos consejos muy sencillos y cotidianos para ofrecerle a Dios en esta Cuaresma, y pedirle que nos de un corazón semejante al suyo.
- Busca la paz en las discusiones de familia: Aprender que no siempre el que más hiere al otro más razón tiene. Debo acostumbrare a la armonía, a ver al otro tan imperfecto como yo. Buscar la paz en cada discusión es más importante que tener siempre la razón.
- No revises tu celular mientras comes o conversas con alguien: ¿Recuerdas cómo es mirar a una persona a los ojos? Encontrarte con alguien no significa estar en el mismo espacio físico que ella, implica interesarte en su vida, buscar conocerla, entrar en contacto con su realidad y comprometerte con ella.
- No seas grosero… con nadie: Llegó tarde la comida, no hizo las cosas como yo quería, el señor del banco no me trató bien, esta mujer no sabe manejar y el tráfico es un completo desastre… No es lo peor del mundo, recupera la paz y recuerda ¿qué haría Jesús en mi lugar?
- Cada vez que te sientas enojado con alguien, reza un Padre Nuestro por él: Si te es fácil enojarte, también es muy fácil rezar un Ave María o un Padrenuestro. ¿Quién no se los sabe? Reza uno, solo uno y vas a ver como recuperas un poco de paz y ayudas a esa persona que necesita de tus oraciones.
- Cada día acepta un defecto que tienes y agradece a Dios por él: Tus defectos también son parte de ti mismo, te han hecho reencontrarte con Dios e incluso ayudado a comprender a otros y apoyarlos. Perdónate y acepta quien eres, Dios lo hizo ya. Comprender que no eres perfecto es el primer paso para ser mejor. Ser santo significa buscar la perfección, pero en el amor.
- Di sí cada vez que te pidan compartir algo: Si se te hace difícil prestar o compartir algo porque sientes que tus cosas son muy preciadas como para que alguien más las utilice o las disfrute, esta es una gran oportunidad para empezar a desapegarte de lo material y ganar en generosidad.
- Escribe en una lista algo por lo que estés agradecido: ¿Si te levantaras mañana sólo con lo que agradeciste hoy? Pon atención: no te falta nada.
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Llega temprano a tus citas o clases: En algunas guías “para una buena confesión” resaltan que “robar” también puede ser tiempo. Quizá te has acostumbrado a ser impuntual, quizá crees que tu vida no es tan importante como para sacarle el mayor provecho a cada día o simplemente te da pereza y, como sabes que el otro te va a esperar no te esfuerzas. Inténtalo esta cuaresma y verás cuantas virtudes aparte de la puntualidad vas a ganar.
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Compra solo lo necesario: Son solo 40 días, te prometo que todo va a estar bien. Y si puedes, te recomiendo hacerlo una práctica constante en tu vida ¡Te va a hacer mucho bien!
- Visita a tus familiares enfermos o solos: Puede que ya no les hables tanto o puede que no sean tus mejores compañeros, pero ellos siempre van a necesitar un poco de ti. Pide a Dios que te ayude a tener el tiempo y la paciencia y recuerda que la limosna no solo es material, Dios te invita a donar tu tiempo y amor.
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Fragmento de un artículo publicado originalmente por Catholic Link