“Haz que un día nos encontremos en la patria eterna”Padre, te has llevado a mi esposo(a).
Hemos recorrido juntos una parte de nuestro camino de esta vida.
Hemos compartido las alegrías y las penas, los gozos y las dificultades.
Fue hermoso, aunque no siempre fue fácil.
De todo te doy gracias.
Ahora mi esposo(a) se ha ido. He quedado solo(a).
A él (ella) dale la felicidad eterna; a mí dame la fuerza de poder decir: hágase tu santa voluntad.
Y haz que un día nos encontremos en la patria eterna.
María, consuelo de los afligidos, intercede por nosotros.
Amén.
Fuente: Church Forum