Cosas que a veces hacemos mal de rutina y no nos hemos dado cuenta
Maquillarse puede ser visto de dos maneras. La primera, una bendición que te permite resaltar tu belleza natural y cubrir ciertas imperfecciones que son consecuencia del día a día, como una espinilla que salió por stress o unas marcadas ojeras por un trasnocho. Y la segunda, una verdadera pesadilla que nos esclaviza y nos quita tiempo y dinero de nuestro día a día.
A mí me gusta creer más en la primera opción y, por experiencia, generalmente se tiene una mala percepción del maquillaje cuando no es usado correctamente en ocasión (¿sombra azul para ir a misa?) o técnica. En este último punto es donde me quiero enfocar y contarles esas 10 cositas que a veces hacemos mal y es lo que no nos permite aprovechar las ventajas del maquillaje, sobre todo cuando somos principiantes:
La base correcta
Escoger bien el color de tu base determinará el éxito de todo lo demás. A veces el mayor error proviene de las mismas asesoras de belleza, quienes te insisten en que pruebes el producto en tu mano o muñeca para ver si el tono es correcto. La base la debes probar en tu mentón, ya que rara vez nuestra cara y cuello (que sí, lo debes tomar en cuenta) tienen la misma tonalidad del cuerpo y la idea es que busques igualar ese color (porque no, la base no es para broncearte ni para blanquearte).
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