Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 29 marzo |
San Eustasio, obispo - Viernes Santo
Aleteia logo
Espiritualidad
separateurCreated with Sketch.

¿Te han herido? No te cierres, no dejes de exponerte tal como eres

kristina_paukshtite-990×660

Kristina Paukshtite I Pixabay

Carlos Padilla Esteban - publicado el 21/02/17

Esto es lo que Jesús quiso decir al pedirnos que fuéramos perfectos como Dios

La Cuaresma está llegando a su fin.
No olvides a Aleteia en tu ofrenda cuaresmal
para que brille la esperanza cristiana.
¡Apoya a Aleteia!

 

DONE AHORA

Jesús conoce mi corazón. Está cerca de los hombres, come, camina, navega y vive entre ellos. Conoce mi miedo y mi dolor humano, mi limitación y mi grandeza, mis sueños y mi pecado. Conoce mis entrañas. Toca lo más profundo. Y me habla de un ideal que me parece imposible. Amar como Dios ama: “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”.

Me invita a tener su manera de mirar y su manera de sentir. Desde lo que soy camino hacia lo que estoy llamado a ser. Jesús confía en mí, quizás más que yo mismo. Me conoce, sabe lo que me cuesta salir de mí, de mis muros en el amor. Y aun así, pone el corazón de Dios como medida del mío.

Es verdad que es imposible ese ideal… es imposible si estoy yo solo, pero con Jesús sí es posible. Él toma lo que hay en lo más profundo de mí. No tengo que esconderme, porque Él sabe quién soy, y me ama. Me toma como soy, se conmueve ante mi limitación. Quiere hacer mi corazón en el molde del suyo.

Sólo en Él es posible romper ese muro del corazón que pone coto y medida a mi amor: sólo si me aman, yo amo, sólo si no me hacen daño, sólo en la medida en que me amen, sólo si me dan, sólo hasta donde me pidan,… Y Jesús, hoy, quiere romper esos límites que me pongo.

Lo hace con sus palabras. Lo hará con sus gestos. En su vida y en su muerte. En su forma de vivir, en su forma de morir. Jesús me habla con su vida de un amor imposible:

“Dios no es violento, sino compasivo; ama incluso a sus enemigos; no busca la destrucción de nadie. Su grandeza no consiste en vengarse, castigar y controlar la historia por medio de intervenciones destructoras. Dios es grande no porque tenga más poder que nadie para destruir a sus enemigos, sino porque su compasión es incondicional hacia todos”[1].

Dios es compasivo. Nos dice Jesús: “Si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra”. Pero, ¿qué hago yo cuando me hacen daño, cuando me abofetean en la mejilla? A menudo me cierro a esa persona. La evito.

Y lo peor es que a veces puedo cerrarme a todos. Por una persona que me ha hecho daño, que ha herido mi inocencia, dejo de confiar en que es posible el amor. Y me cierro. Me protejo. No quiero que me hagan más daño.

Somos muy delicados. Jesús lo sabe. Él también sufrió con el fracaso, con la traición, con el desamor. ¡Qué difícil resulta cuando abro ese lugar vulnerable del corazón y no soy acogido! Es un dolor muy grande.

Y quizás, sin querer, también yo he hecho daño. Se cierra la muralla. Me guardo y endurezco. Temo que me vuelvan a dañar. Me vuelvo rígido y cínico. Ya no confío. Dejo de mostrar lo más íntimo. Jesús me muestra hoy un camino más feliz. ¿Qué hago si me han herido?

Pongo la otra mejilla. No significa ser masoquista. Jesús mismo, cuando le pegaron, serenamente preguntó por qué, cuando Él no había hecho nada malo. Jesús me dice que no esconda la otra mejilla en la vida. Que no me cierre. Que no deje de exponerme y darme como soy.

Jesús me pide que no me quede en el rencor, en el resentimiento. No quiere que viva atado, esclavo. Quiere que viva con alegría, con el alma abierta. Merece la pena dar lo que soy, merece la pena confiar de nuevo, perdonar de nuevo, creer de nuevo, ser niño de nuevo. Y mostrar el corazón de nuevo.

Es la única manera de vivir, lo único que me ensancha el alma. Jesús me conoce y me acoge tal como soy. Sabe de mis golpes, de mis bloqueos. Sabe que yo también he dañado. Él ha venido a tocar esa herida de amor, a sanar esa dureza, a hacerme niño de nuevo.

A su lado es posible. Sin Él no puedo abrirme. ¿Ante quién me muestro del todo, como soy, con mis dos mejillas, con mi corazón abierto?

[1] José Antonio Pagola, Jesús, aproximación histórica

Tags:
amor
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.