Una buena idea cuya abrumadora simplicidad echa por tierra cualquier elemento de interés que pudiera tener –que lo tenía- la película de Caradog W. JamesUna madre que no ha ejercido de madre en años pretende recuperar la confianza de su hija, como era de esperar, una adolescente sin la más mínima intención de acercarse a quien ella considera una extraña. No es la primera vez que un traumático acontecimiento sobrenatural une familias, al cine le gusta jugar con las situaciones extremas antes que hablar de unión, confianza, diálogo y reconciliación. De hecho, en películas como esta, la comunión entre familiares suele darse cuando uno de los dos está al borde la muerte y ya nada se puede hacer por él.
Créanme, no les he desvelado nada de hecho, Don´t Knock Twice (No llamar dos veces) tira por otros derroteros aunque esto no quita que sean tan predecible y simplista como uno pueda llegar a sospechar. En realidad, lo expuesto líneas arriba no es más que una excusa para dar la impresión de que estamos viendo a personajes reales con problemas reales pero no es cierto, en el fondo son meras marionetas puestas en el momento adecuado para que les den un susto de muerte.
Don´t Knock Twice es una película de brujas y la advertencia a la que hace referencia su título es una vieja leyenda urbana que circula en torno a un viejo caserón del que se dice, fue habitado por una bruja. La propuesta es simple, si llamas dos veces, la susodicha bruja irá a buscarte; en caso contrario, la malévola arpía te dejará en paz. ¿Por qué dejar pasar una oportunidad así, pudiendo llamar dos veces y despertar a una hechicera venida del averno?
Caradog W. James, que dirige esta cinta británica, demuestra cierto pulso con el terror y aprovecha, en la medida de las circunstancias, el material que tiene delante el problema es que ese guión no daba para más. La hora y media justa de película se hace repetitiva y lo que es peor, aburrida. La apariciones de la bruja dejan de provocar miedo poco a poco hasta el más puro desinterés momento en el que James y sus guionistas intentan darle la vuelta a la película con uno de esos finales sorpresa que no terminan de cuajar.
En suma, una dignísima pérdida de tiempo que puede engañar a más de uno por su inquietante cartel o por el hecho mismo de abordar un tema tan poco tratado en el género como las brujas, pero que al final termina convirtiéndose en una cinta verdaderamente hueca.