De cara “al otro lado”: una escultura para conmemorar la visita del Papa a MéxicoHace un año, el 18 de febrero de 206, en el avión que lo llevaba de regreso a Roma, habiendo salido de Ciudad Juárez (Chihuahua), en la frontera entre México y Estados Unidos, el Papa Francisco toco un tema que dio la vuelta al mundo y que todavía resuena en la Sala Oval de la Casa Blanca.
En la rueda de prensa del vuelo trasatlántico, un periodista preguntó al Papa sobre la campaña del entonces precandidato republicano Donald Trump, quien lo acusaba de ser un “hombre político” y de ser “un instrumento” de México para defender a los migrantes ilegales que se van a Estados Unidos a trabajar.
Además, el periodista le decía al Papa las intenciones de Trump de construir un muro en la frontera y deportar a 11 millones de indocumentados. Entonces, el Papa contestó: “… una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano. Esto no está en Evangelio… Solo digo: este hombre no es cristiano…”.
Conmemorando la vista a la frontera de México y sus conceptos y acciones a favor de los puentes y en contra de los muros, desde hoy sábado 18 de febrero de 2017, una estatua suya de 4.60 metros de altura y de un color blanco inmaculado, vigilará la frontera entre México y Estados Unidos, justamente en Ciudad Juárez, ciudad vecina de El Paso (Texas).
La comunidad no tiene fronteras
El escultor es el artista juarense Pedro Francisco Martínez, y su obra que pesa 1,110 kilos, fue colocada en el lugar denominado “El Punto”, en el mismo sitio que visitó el Pontífice cuando viajó a México el año pasado y en el que colocó, simbólicamente, un ramo de flores en memoria de los miles de migrantes que han muerto al tratar de cruzar la frontera.
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La escultura toma la figura del Papa Francisco sonriente, con una paloma desprendiéndose de su mano izquierda, tal y como la captaron los fotógrafos en la Plaza de San Pedro. Según el escultor, fue el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Ciudad Juárez, Alejandro Ramírez, quien convenció a un grupo de empresarios para homenajear al pontífice con una escultura en la ciudad limítrofe con El Paso (Texas, EEUU).
“Es un símbolo de amor, bondad y solidaridad. El brazo izquierdo está paralelo al Río Bravo (que divide México de EEUU) para que lance el mensaje de esperanza con la paloma y alcance a las dos ciudades, que son ciudades unidas y que no las va separar ni una muralla ni un río. La comunidad humana no tiene fronteras”, dijo Martínez.
El bronce con el que está realizada la escultura de Francisco fue, en buena medida, “donado” por los habitantes de Ciudad Juárez. En los comercios de esta localidad se colocaron cajas de cartón para que en ellas la gente dejara llaves para fundirlas. Así, se llegó a juntar hasta 300 kilos de bronce, por lo que los juarenses colaboraron con 30 por ciento de la escultura del querido Pontífice argentino.
Con información del Huffington Post